Se ha puesto de moda, no sé por qué misterio (¿tiene más credibilidad el boca-oreja que lo que suscribe la comunidad científica?) una propuesta dietética llamada «Ayuno intermitente». Sigo sin explicarme (aunque intenté averiguarlo en el texto «¿Por qué parten la pana las dietas milagro?«) el éxito de las modas dietéticas. Modas que parecen verdad revelada, pero que de pronto pasan al olvido, como sucedió en su día con la Dieta de la zona, con la Dieta Dukan, y tantas otras.

Pues bien, el pasado martes 8 de octubre de 2019 publiqué un nuevo texto en la sección «Nutrir con ciencia» de «Materia», la sección de ciencia de El País. Su título es «¿Es bueno para la salud el ayuno intermitente», y podéis acceder a él desde este enlace: https://elpais.com/elpais/2019/10/03/ciencia/1570123311_798173.html

Como novedad, ahora El País os obliga a que os registréis en El País para leer el artículo.

A lo allí dicho, añado aquí algunas reflexiones/consideraciones más:

1.- ¿Qué es exactamente el ayuno intermitente? Pues no está en absoluto nada claro. Según NutriMedia, aunque hay diversas fórmulas de ayuno intermitente o esporádico, las más habituales son las de periodicidad diaria (al menos 12 horas sin probar bocado) y semanal (generalmente un día o dos a la semana, seguidos o no), y en menor medida la mensual (ayunar un par de días seguidos cada mes).  Otros nombres: “ayuno esporádico”, «ayuno flexible“, «fasting», «dieta 16/8» o «método 5:2». Es decir, no existe un consenso que nos permita saber qué está interpretando tanto la población como la comunidad científica por esta práctica. En todo caso, según lo justificado en mi texto, tenemos pruebas débiles sobre la supuesta utilidad del ayuno intermitente para mejorar la salud (o tratar patologías) y sospechas sobre sus posibles riesgos, lo que nos obliga, por principio de precaución, a desaconsejar esta práctica, máxime teniendo otras propuestas más aconsejables.

2.- No olvidemos que según la legislación está prohibida cualquier clase de publicidad o promociones (directas o indirectas, masivas o individualizadas), de métodos con pretendida finalidad sanitaria que se destinen a la prevención, tratamiento o curación de enfermedades transmisibles, cáncer y otras enfermedades tumorales, insomnio, diabetes y otras enfermedades metabólicas, o que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad. Tenéis más información en este documento sobre dietas milagro del ya disuelto GREP-AEDN.

3.- No soy el único que opina (tal y como he detallado en mi texto) que los trastornos del comportamiento alimentario son comunes en personas con obesidad; que es importante no restringir la alimentación y evitar estímulos exógenos o endógenos que puedan conducir a la pérdida de control; y que prohibir comidas o saltarse las comidas son desencadenantes de estos trastornos. Podéis comprobarlo en esta reciente guía clínica sobre obesidad que me ha hecho llegar mi amiga Maria Manera: Dominique Durrer Schutz, et al. European Practical and Patient-Centred Guidelines for Adult Obesity Management in Primary Care.Obes Facts. 2019;12(1):40-66.

Dediqué en mi canal de YouTube unos minutos a resumir este texto: https://www.youtube.com/watch?v=is2ZT5RQVrQ&list=PLDMCnyITLQnyxpBQot4BGsM5pWTLlYoZe&index=2

Insisto, tenéis mi texto «¿Es bueno para la salud el ayuno intermitente», aquí: https://elpais.com/elpais/2019/10/03/ciencia/1570123311_798173.html

Posdata (17/10/2019). El pasado domingo 13 de octubre, Carles Mesa y yo hablamos en el espacio «Vida Sana» del programa «No es un día cualquiera» (Radio Nacional de España) de esta cuestión, y contamos con declaraciones de la doctora Violeta Moizé: https://juliobasulto.com/vida-sana_13-10-2019/

Posdata 2 (23/10/2019). Se acaba de publicar un estudio que parece sugerir que el ayuno intermitente sería útil para perder peso. Sin embargo, en palabras de los investigadores, «el número de participantes incluidos en el análisis fue pequeño», y «dado que todos los estudios seleccionados tuvieron intervenciones de corta duración (cuatro a 24 semanas), ello limita la posibilidad deesperar efectos a largo plazo [atribuibles al ayuno intermitente]». Lo traigo también en inglés (texto original): «the number of participants included in the analysis was small.» y «since the selected studies all had interventions of short-term (four to 24 weeks) duration, it is limited to expect long-term effects of IFD.»).  Es decir, estamos ante un estudio con pocos participantes y seguidos muy poco tiempo, por lo que es muy precipitado extraer conclusiones (y más todavía extrapolarlas a los 1900 millones de adultos que tienen sobrepeso en el mundo). No queda claro, además, si se evaluaron potenciales efectos adversos (como el de un incremento de los trastornos de comportamiento alimentario, tal y como he descrito más arriba). Por tanto, no cambia en absoluto mi punto de vista sobre la falta de pruebas del ayuno intermitente para el control de peso corporal. Fuente: J Clin Med. 2019 Oct 9;8(10).

Posdata 3 (12/11/2019). El 14 de octubre de 2019, Corey A. Rynders y colaboradores han publicado en la revista Nutrients una revisión de ensayos controlados y aleatorizados de ≥8 semanas de duración realizados en adultos con sobrepeso u obesidad (IMC ≥ 25 kg / m2) en los que se haya comparado el efecto en la pérdida de peso de un paradigma de ayuno intermitente («intermittent energy restriction») con una restricción continuada de la energía («continuous energy restriction»). Su resultado ha sido el esperado: no ha habido diferencias relevantes (Nutrients. 2019 Oct 14;11(10)). Repito: si no hay sólidas pruebas de eficacia de una intervención, debemos mirar más de cerca sus posibles efectos adversos, tal y como he detallado más arriba.

Posdata 4 (11/12/2019). Acabo de leer un estudio de Tyler K.Hunt y colaboradores que observa lo siguiente «la restricción dietética conduce a futuros episodios de atracones y aumento de peso entre estudiantes universitarios con sobrepeso y obesidad» (Appetite. 2017 Jul 1;114:101-109). Como he indicado más arriba, este detalle no podemos pasarlo por alto dado que esta propuesta la siguen muchísimas personas con sobrepeso y obesidad, con intención de perder peso. Otras investigaciones han observado que, sobre todo en adolescentes, el ayuno predice un mayor riesgo de trastornos del comportamiento alimentario (J Abnorm Psychol. 2008 Nov;117(4):941-6 / J Abnorm Psychol. 2017 Jan;126(1):38-51).

Posdata 5 (20/12/2019). Se acaba de publicar un metaanálisis sobre el ayuno intermitente (Marianna P, et al. Rev Endocr Metab Disord. 2019 Dec 6. [Epub ahead of print]). Parece concluir que el ayuno intermitente sería útil para abordar la obesidad… pero si lo miramos de cerca veremos que la duración de los estudios analizados ronda entre 4 y 8 semanas («study duration from 4 to 8-weeks»), un tiempo clarísimamente insuficiente para evaluar no solo si la pérdida de peso se mantiene en el tiempo o si se produce el llamado «efecto yoyó» (del que hablé aquí), sino, sobre todo, si la propuesta dietética se acompaña de efectos adversos… como los trastornos del comportamiento alimentario, algo que ni siquiera se comenta en el metaanálisis. De entre los estudios que observan beneficios (insisto, a corto plazo), estos solo resultan significativos (2 kg de diferencia) en los observacionales (es decir, los de menos calidad) que, por cierto, simplemente siguieron a personas que realizaban voluntariamente el ayuno del Ramadán. Los propios autores reconocen, además, que los estudios evaluados eran heterogéneos (con diferentes tipos de ayunos, protocolos de alimentación, composición dietética) y que sus resultados son «difíciles de generalizar». A ello suman los problemas metodológicos de muchos de los estudios analizados. ¿Que hay estudios sobre el ayuno intermitente? Sí, bastantes. ¿Nos permiten enviar mensajes a la población para que crean que se ha encontrado el santo grial del adelgazamiento? Pues no. Comparto de nuevo esta reflexión de Ted Kyle sobre esta cuestión, que incluí en mi texto «¿Es bueno para la salud el ayuno intermitente?» “Es importante recordar esto: muchas ideas geniales que nunca funcionaron están ensuciando el panorama de la investigación clínica”.

Posdata 6 (20/1/2020). He publicado un artículo comentando una revisión narrativa recientemente publicada en la revista New England Journal of Medicine (NEJM) y centrada en el ayuno intermitente. El título de mi artículo es «El coste de oportunidad del ayuno intermitente«.

Posdata 7 (1 de febrero de 2020). No dejen de leer el texto «Calorie Restriction and Fasting Diets: What Do We Know?«, del National Institute of Aging, perteneciente al U.S. Department of Health and Human Services. En él leemos, por ejemplo, que «There’s insufficient evidence to recommend any type of calorie-restriction or fasting diet» (Las pruebas para recomendad cualquier clase de restricción calórica o dieta de ayuno son insuficientes).

Posdata 8 (24 de mayo de 2020). Acabo de publicar un artículo comentando un reciente metaanálisis sobre esta cuestión. Lo he titulado: «Mirando de cerca un metanaálisis sobre ayuno intermitente«.

Posdata 9 (4 de junio de 2020). Hoy he escrito un texto que guarda relación con las promesas de adelgazamiento que suelen acompañar al ayuno intermitente: «¿Qué adelgaza más, comer 1 vez al día o 9 veces al día?«.

Posdata 10 (3 de julio de 2020). Gracias al doctor Miguel Marcos he sabido de un nuevo estudio, coordinado por Benjamin D Horne y publicado en la revista JAMA, que ha evaluado la eficacia y la seguridad del ayuno intermitente en personas con diabetes tipo 2. Su conclusión es que no hay pruebas mínimamente creíbles que nos hagan pensar en pautar este plan en tales personas. Creo que es importante destacar esta frase del estudio: «»El ayuno intermitente en general plantea riesgos debido a la deshidratación, la hipotensión y otros problemas de seguridad, pero en pacientes con diabetes tipo 2, estos riesgos pueden aumentar» («Intermittent fasting in general poses risks due to dehydration, hypotension, and other safety issues, but in patients with type 2 diabetes, these risks may be increased»). Fuente: Horne BD, Grajower MM, Anderson JL. Limited Evidence for the Health Effects and Safety of Intermittent Fasting Among Patients With Type 2 Diabetes [published online ahead of print, 2020 Jul 2]. JAMA. 2020;10.1001/jama.2020.3908. Disponible en: https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2768095

Dejo debajo de estas líneas el tuit del doctor Miguel Marcos (no dejéis de seguir su cuenta de Twitter):

 

Posdata 11 (29 de septiembre de 2020). Gracias a un aviso de Juan Camilo Mesa (@MesaconS) he sabido de un estudio que ha comparado el efecto de comer tres veces al día, de forma estructurada, con realizar el ayuno intermitente. ¿Resultado? Sin diferencias entre ambos grupos con respecto a la pérdida de peso (Lowe DA, et al. JAMA Intern Med. Published online September 28, 2020), pero el grupo control perdió más masa muscular. He ampliado esta cuestión en el texto «Ayuno intermitente, masa muscular y principio de precaución«.

Posdata 12 (22 de octubre de 2020): en mayo de 2020 se publicó en la revista Nutrients una revisión sistemática sobre ayuno intermitente y rendimiento deportivo, cuya primera firmante es Joana M Correia. En mi opinión, lo más importante que debemos tener en cuenta de dicha investigación es lo siguiente: hay pocos estudios, heterogéneos, la mayoría sin grupo control, muchos no informan sobre tamaños del efecto o poder estadístico, ninguno en una muestra representativa, no se ha evaluado bien la posible pérdida de masa muscular y puede existir en muchos estudios sesgo de publicación. En suma, afirmar que el ayuno intermitente mejora el rendimiento deportivo es pura invención. Fuente: Correia JM, Santos I, Pezarat-Correia P, Minderico C, Mendonca GV. Effects of Intermittent Fasting on Specific Exercise Performance Outcomes: A Systematic Review Including Meta-Analysis. Nutrients. 2020 May 12;12(5):1390. doi: 10.3390/nu12051390. PMID: 32408718; PMCID: PMC7284994.

Posdata 13 (28 de febrero de 2021): acabo de publicar una nueva entrada sobre esta cuestión, titulada «Ayuno intermitente: habemus Cochrane«.

Posdata 14 (4 de noviembre de 2021): el portal ConscienHealth se hizo eco el 29 de julio de 2021 de un estudio bien diseñado cuya conclusión principal es que el ayuno no es más eficaz que la restricción calórica estándar para perder peso y que el riesgo de perder muscular es real. Se cierra con esta genial reflexión «Quizás sea bueno que el interés caprichoso en el ayuno intermitente se desvanezca» (Fuente: Intermittent Fasting: An RCT Says ‘Meh’ // Sci Transl Med. 2021 Jun 16;13(598):eabd8034).

Posdata 15 (30 de diciembre de 2021): en el texto «12 antiglamurosos riesgos de las dietas antiaging» reviso una nueva investigación centrada en si la restricción calórica es o no útil para mejorar la longevidad.

Posdata 16 (11 de enero de 2022): acabo de publicar un nuevo texto sobre esta cuestión. Lo he titulado «Nuevo estudio sobre ayuno intermitente, misma conclusión: no lo haga«.

Posdata 17 (3 de noviembre de 2022): acabo de publicar un nuevo texto sobre esta «dieta», titulado «Ayuno intermitente con cáncer: imprudencia temeraria«.

Posdata 18 (15 de noviembre de 2022): gracias, de nuevo, a un aviso del nutricionista y microbiólogo Juan Camilo Mesa, he sabido de un nuevo estudio (ensayo controlado y aleatorizado) sobre el ayuno intermitente y el control del peso corporal. En su cuenta de Twitter, Juan Camilo lo resume perfectamente: «[El ayuno intermitente] no sirve para todo lo que sus acérrimos defensores dicen que sirve». Fuente: Liu D et al. Calorie Restriction with or without Time-Restricted Eating in Weight Loss. N Engl J Med. 2022 Apr 21;386(16):1495-1504.

Posdata 19 (27 de marzo de 2023). Gracias, de nuevo, a un tuit del nutricionista y microbiólogo Juan Camilo Mesa, he conocido una recién publicada revisión sistemática cuya conclusión más importante es que no existen beneficios demostrados a largo plazo del ayuno intermitente en el control de la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2 (van den Burg EL et al. Metabolic impact of intermittent energy restriction and periodic fasting in patients with type 2 diabetes: a systematic review. Nutr Rev. 2023 Mar 8:nuad015. Epub ahead of print).

Posdata 20 (8 de junio de 2023). La American Society For Preventive Cardiology indica, sobre el ayuno intermitente, que no hay pruebas de que sea más beneficioso que otras propuestas tanto para la pérdida de peso como para la salud cardiometabólica (Am J Prev Cardiol. 2022 Mar 2;10:100323).

Posdata 21 (26 de octubre de 2023). Gracias, de nuevo, al nutricionista Juan Camilo Mesa, acabo de conocer dos nuevos datos que resulta imprescindible compartir aquí. El primero proviene de una revisión recién publicada que insiste en que el ayuno intermitente podría aumentar el riesgo de trastornos de la alimentación y conductas alimentarias desordenadas (Blumberg J, Hahn SL, Bakke J. Intermittent fasting: consider the risks of disordered eating for your patient. Clin Diabetes Endocrinol. 2023 Oct 21;9(1):4). Y el segundo dato importante es publicación de un nuevo metaanálisis sobre la supuesta capacidad del ayuno intermitente para perder peso o reducir el riesgo cardiovascular, cuya conclusión es que no hay pruebas de esa (insisto: supuesta) magia (Schroor MM et al. Effects of Intermittent Energy Restriction Compared to Those of Continuous Energy Restriction on Body Composition and Cardiometabolic Risk Markers – A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials in Adults. Adv Nutr. 2023 Oct 10:S2161-8313(23)01391-1. Epub ahead of print).

Aquí traigo las dos publicaciones en que Juan Camilo Mesa ha compartido estos datos:

 

Posdata 22 (20 de noviembre de 2023). Gracias a un aviso de la cuenta de Twitter @laquintareforma he sabido de este titular de El Mundo: «La modalidad de ayuno intermitente que ayuda a mejorar el estado de ánimo, a dormir mejor y a controlar el hambre, según una nueva investigación«. Si leemos bien el artículo veremos que esa «nueva investigación» no es en absoluto un estudio publicado en una revista científica que cuente con revisión por pares, sino un abstract presentado en un congreso (European Nutrition Conference in Belgrade, Serbia). Vamos, que no cuenta ni en sueños como «evidencia científica» y mucho menos permite cambiar la praxis del abordaje del estado de ánimo, del sueño o de la obesidad.

Posdata 23 (13 de enero de 2024). La nutricionista e investigadora María E. Marqués acaba de publicar en su cuenta de Instagram (@marquesnutricion) lo siguiente: «Confieso que la pérdida de peso y el ayuno intermitente no es lo que más me interesa en nutrición, pero a petición de una persona muy querida, me puse a hacer una búsqueda de #revisionessistemáticas en @epistemonikosorg [@EpistemonikosEs] para poder informaros un poco mejor sobre este tema. Tened en cuenta que rechacé estudios primarios, solo utilicé revisiones sistemáticas y me centré en aquellos que parecían estar bien planteados: la realidad es que no encontré mucha cantidad de estudios. Por otro lado no miré aquellos que relacionaban ayuno intermitente y mejora de parámetros bioquímicos, por ejemplo. La búsqueda fue solo para pérdida de peso y esto es lo que encontré y lo que pude concluir». ¿Su conclusión? Que el ayuno intermitente «No es superior a la restricción calórica» para la pérdida de peso. Tenéis su post aquí. Ah, y si lees esto, María, enhorabuena… y muchísimas gracias por la mención, un honor.

Posdata 24 (6 de febrero de 2024).  Se acaba de publicar un metaanálisis sobre ayuno intermitente con adultos mayores de 40 años con exceso de peso y sin enfermedad metabólica, que asegura que en comparación con una dieta estándar el ayuno intermitente parece efectivo para perder peso en dicho grupo de personas (Yao K et al. J Nutr Health Aging. 2024 Feb 2;28(3):100165. Epub ahead of print). Pero el estudio tiene varias limitaciones que impiden concluir que estamos ante una estrategia que deba adoptar la comunidad sanitaria alegremente, tanto si tenemos en cuenta su efectividad como, sobre todo, su seguridad, tal y como he justificado en mi artículo «Un mal metaanálisis de ayuno intermitente es como una macedonia con fruta pasada«.

Posdata 25 (16 de febrero 2024).  En junio de 2023 se publicó un documento de postura de la Asociación Brasileña para el Estudio de la Obesidad y del Síndrome Metabólico en el que se pasa revista al ayuno intermitente. Su conclusión es esta: «La restricción calórica intermitente presenta resultados de pérdida de peso similares a los planes de alimentación con restricción calórica continua. La pérdida de peso es inducida por el déficit energético, y no por el período de ayuno en sí ni por el número de comidas diarias. El consumo tardío de la mayoría de las calorías diarias puede afectar negativamente al peso corporal». Pepe RB et al. Position statement on nutrition therapy for overweight and obesity: nutrition department of the Brazilian association for the study of obesity and metabolic syndrome (ABESO-2022). Diabetol Metab Syndr. 2023 Jun 9;15(1):124.

Posdata 26 (19 de febrero 2024). Gracias, de nuevo, al nutricionista Juan Camilo Mesa (en este caso, una entrada en su cuenta de Instagram)  he conocido una recién publicada revisión enmarcada en las llamadas «Nordic Nutrition Recommendations» que ha evaluado específicamente el ayuno intermitente. Su conclusión ha sido esta: «No se ha establecido una relación causal entre los patrones alimentarios, incluido el ayuno intermitente, y los resultados relacionados con la salud». Fuente: Svendsen M, Forslund HB. Meal patterns, including intermittent fasting – a scoping review for Nordic Nutrition Recommendations 2023. Food Nutr Res. 2024 Feb 6;68.

Posdata 27 (23 de febrero 2024). El pasado 22 de febrero de 2024, Carles Mesa y yo hablamos del ayuno intermitente en mi espacio «Vida Sana» del programa «Gente Despierta» (Radio Nacional de España). Aquí el enlace a la entrevista: https://www.juliobasulto.com/vida_sana_22_feb_2024

 

Más textos sobre ayuno intermitente: https://juliobasulto.com/tag/ayuno-intermitente/

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