La doctora Ujué Fresán, investigadora del Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, ha tenido la impagable amabilidad de enviarme un muy admirable estudio en el que ella misma aparece como primera firmante y publicado en la revista científica Preventive Medicine. Me ha parecido tan recomendable que no puedo resistirme a comentarlo brevemente en este humilde blog.

La investigación de la doctora Fresán y sus colaboradores (Miguel A. Martínez-González, Gina Segovia-Siapco, Joan Sabaté y Maira Bes-Rastrollo) evalúa simultáneamente alimentación, salud, sostenibilidad, economía y medio ambiente. Sin duda, Juanjo Cáceres y yo lo habríamos mencionado en nuestro libro «Más vegetales, menos animales» si lo estuviéramos escribiendo ahora mismo, dado que en él insistimos en que nuestras decisiones en la mesa pueden tener importantísimas repercusiones no solo en la salud sino también tanto en la economía como en el medio ambiente.

En su estudio han evaluado, en 15.492 participantes seguidos durante 10,35 años, un índice denominado Índice de Dieta Sostenible (Sustainable Diet Index) que abarca la calidad nutricional de la dieta, su impacto en el medio ambiente y su precio de mercado . Tras ajustar por potenciales factores de confusión han constatado que una mayor calidad dietética se asocia de forma significativa con un menor riesgo de mortalidad. Pero, y ahora viene lo interesante, esta dieta más saludable se relaciona claramente con un menor impacto ambiental y con un menor precio de mercado.

En palabras de los investigadores, el patrón de alimentación relacionado con un menor riesgo de mortalidad presenta un alto consumo de alimentos de origen vegetal y un menor consumo de productos de origen animal, en concreto de carnes rojas o procesadas, y de productos lácteos (especialmente enteros). Tales alimentos también fueron los que ejercieron la mayor variabilidad en el Índice de Dieta Sostenible.

Sus resultados no son nuevos. Por eso insisten en lo siguiente:

«El hecho de que los alimentos como las carnes rojas y procesadas, los productos lácteos enteros y el pescado —todos ellos de origen animal— sean los alimentos que expliquen la mayor parte de la variabilidad en la población estudiada no es sorprendente».

He hablado en un par de ocasiones más de este importante tema en este mismo blog:

Fuente: Fresán U, Martínez-González MA, Segovia-Siapco G, Sabaté J, Bes-Rastrollo M. A three-dimensional dietary index (nutritional quality, environment and price) and reduced mortality: The «Seguimiento Universidad de Navarra» cohort. Prev Med. 2020;137:106124. doi:10.1016/j.ypmed.2020.106124

Posdata (31 de julio de 2023): acabo de publicar una entrada muy relacionada con todo lo anterior, titulada «Más razones para consumir menos carne«.

Posdata 2 (29 de septiembre de 2023): acabo de publicar una nueva entrada sobre esta cuestión. Se titula: «Más vegetales y menos animales, también por la salud de tu bolsillo«.

Posdata 3 (27 de noviembre de 2023): en palabras del doctor Walter Willett, catedrático de nutrición y epidemiología en el Departamento de Nutrición de la Universidad Harvard T. Chan, «Simplemente no podemos seguir comiendo la cantidad de carne de vacuno que consumimos y que a la vez exista un futuro para nuestros nietos».


Suscripción a este blog: http://juliobasulto.com/novedad-suscripcion-a-mi-blog-a-traves-del-correo-electronico/

 

Próximos cursos o conferencias de Julio Basulto: