En 2006, desde el ya disuelto GREP-AEDN, publicamos un documento titulado «¿Se puede considerar el zumo de fruta como una ración de fruta?«. Seis años después, en 2012, escribí el texto «Zumos de fruta caseros o «100%»: ¿son equivalentes a la fruta fresca?«, y  un año después, este otro»Mejor una fruta entera que un zumo«.

Pues bien, hoy, en el texto «Los zumos infantiles tienen un nivel de azúcar ‘inaceptablemente alto'», redactado por el periodista Javier Salas para MateriaEl País, aparecen algunas declaraciones mías sobre este tema. En su texto, Javier Salas comenta el estudio «How much sugar is hidden in drinks marketed to children? A survey of fruit juices, juice drinks and smoothies», publicado ayer (23 de marzo de 2016) por Jane Boulton, Kawther M Hashem, Katharine H Jenner, Ffion Lloyd-Williams, Helen Bromley y Simon Capewell en BMJ Open (aquí el full text). Traigo el principio del texto de Javier Salas, y un enlace al resto de su artículo:

Los zumos infantiles tienen un nivel de azúcar “inaceptablemente alto”

Un estudio reclama que los jugos no se consideren como una de las cinco piezas de fruta recomendadas

A medida que padres y madres se conciencian de los males asociados a los refrescos, es más probable que los zumos se generalicen como una alternativa para ofrecer a los hijos. Sin embargo, un grupo de investigadores ha estudiado los zumos para niños que se pueden encontrar en el supermercado y la conclusión es tan tajante como venían advirtiendo algunos especialistas: suponen un problema de exceso de azúcares casi tan grave como el de los refrescos