Artículo originalmente publicado en el blog de “La Sirena” (colaboré hasta 2015) en 2014. He actualizado algunos datos.

¿Dolor de piernas en verano? La dieta puede mejorarlo…o empeorarlo.

El verano, además de vacaciones (al menos para los niños) y “dietas milagro”, nos trae un calor que, como ciertos fármacos, viene con “efectos secundarios”. Además de dilatarse los poros de nuestra piel, también se dilatan nuestros vasos sanguíneos, algo que puede empeorar la circulación. Lo saben bien, por ejemplo, las personas que padecen varices. El presente artículo contiene algunos consejos para que podamos disfrutar más del calor.

El dolor de piernas es multifactorial y tanto puede ser irrelevante como ser el síntoma de enfermedades serias. Así que, ante la duda, el primer paso es acudir al médico para que realice un correcto diagnóstico. Sea como fuere, nuestros hábitos pueden influir en diversas condiciones que se pueden acompañar con dolor de piernas, máxime en los meses de calor.

Varices

Las varices son mucho más frecuentes en mujeres que en hombres: mientras que afectan a un 10-15% de hombres, en el caso de las mujeres el porcentaje asciende al 20-25%.  Esta diferencia se explica, entre otros factores, por el hecho de que el embarazo incrementa el riesgo de padecer varices.

Aunque las varices no suelen revestir graves problemas, salvo los estéticos, es preciso saber que no en todos los casos se trata de un problema menor, ya que en muchas personas las varices se acompañan de dolor. Se estima que casi tres millones de españoles padecen varices. Así que se trata de un auténtico problema de salud pública, con un alto coste para los servicios sanitarios.

La alimentación, aunque no es en absoluto una varita mágica (es más “mágica” para prevenir que para curar) puede influir en el pronóstico de las varices. Si disminuimos nuestro (muy elevado) consumo de sal o alimentos salados contribuiremos a mejorar dicho pronóstico. Solemos pensar que si no añadimos sal a las comidas dejamos de tomar sal, cuando no es en absoluto así.

A modo de ejemplo, un bocadillo de jamón (al que no le hayamos añadido sal) contiene aproximadamente 1,5 gramos de sal, es decir, la tercera parte del máximo de sal que se aconseja que consumamos en un día (5 gramos). Conviene escoger pan sin sal (mejor si es integral), consumir menos queso o alimentos precocinados y tomar muy pocos aperitivos salados, así como embutidos o derivados cárnicos (tal y como sugiere el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer).

He comentado que las varices son más frecuentes en mujeres que en hombres, pero lo cierto es que son mucho más habituales en personas que sufren sobrepeso u obesidad, independientemente del sexo. La disminución de peso, en tales personas, mejora de forma clara los síntomas de las varices. Si se padece exceso de peso, lo aconsejable es acudir a un dietista-nutricionista para que realice un seguimiento personalizado.

Celulitis

La celulitis, también más común en mujeres que en hombres, es la acumulación de grasa en ciertas partes del cuerpo, justo debajo de la piel, que toma una apariencia como de cáscara de naranja o de queso cottage. En la mayor parte de casos no genera mayor problema que el estético, pero de nuevo hay excepciones. La celulitis presenta diferentes grados, y en sus formas más severas supone un perjuicio para la salud, por lo que puede ser precisa una intervención médica.

Desde un punto de vista nutricional lo más importante es prevenir la obesidad o, si ya se tiene exceso de peso, disminuirlo de forma gradual mediante una dieta sana y un incremento del ejercicio físico. Se sabe que el consumo de alcohol también puede empeorar el cuadro.

Es fácil caer en páginas web que prometen mejoras prodigiosas con “ayudas alternativas”. En mi opinión, no funcionan. Opinaron lo mismo Hexsel y Soirefmann, en una investigación publicada  en septiembre de 2011 en la revista Seminars in cutaneous medicine and surgery.

Hablé a fondo de celulitis y alimentación en el texto «Alimentación y celulitis, ¿están relacionadas«.

Calambres musculares

Como he comentado, hay varias condiciones que pueden ser responsables del dolor de piernas. Además de las varices, sabemos que muchos individuos sufren calambres musculares en las piernas, que pueden causar dolor. En muchos casos la causa es desconocida, en algunos casos se producen en el embarazo, en otras después de un ejercicio extenuante, e incluso pueden responder a problemas serios, como enfermedades hepáticas o infecciones bacterianas. Por todo ello, conviene tener claro su origen con un buen diagnóstico médico.

Un estudio llevado a cabo en 1252 mujeres no fumadoras de entre 55 y 65 años observó una relación entre la llamada “desinhibición dietética” (es decir, un peor patrón de alimentación) y un mayor riesgo de sufrir calambres en las piernas. La investigación, publicada en 2002 por Hays y colaboradores, nos da un motivo más para seguir una alimentación saludable.

Sabemos, en todo caso, que la baja ingesta de ciertos minerales en la alimentación, como el potasio, puede acompañarse de calambres musculares. No tenemos tan claro, sin embargo, que los suplementos de minerales mejoren los calambres. Para ingerir los minerales que puedan faltarnos, nada mejor que seguir un patrón de alimentación basado en el consumo prioritario de alimentos de origen vegetal (frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y cereales integrales –Ej.: arroz integral). Todos ellos nos aportan, además de potasio, nos aportan fibra dietética.

Arteriopatía periférica en las piernas

Además de los calambres, la “Arteriopatía periférica en las piernas” suele producir dolor. Es una enfermedad en la que los vasos sanguíneos que irrigan las piernas y los pies se estrechan y endurecen, por lo que disminuye la circulación. Se pueden producir lesiones de nervios y otros tejidos. Padecer obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes predisponen a padecer esta dolencia. Las cuatro patologías están claramente relacionadas con la alimentación, razón de peso para evitar consumir a menudo alimentos “malsanos”, como los llama la Organización Mundial de la Salud. No extraña que la web médica acreditada “Webmd” recomiende “seguir una dieta saludable” para abordar esta dolencia.

Tabaco y sedentarismo

Además de los aspectos dietéticos comentados, todos los documentos, estudios o guías en las que se aborda el dolor de piernas coinciden en algo: se debe evitar tanto el tabaco como el sedentarismo. Fumar, además de causar 6 millones de muertes anuales, provoca un estrechamiento en las arterias, lo que perjudica a su capacidad de transportar oxígeno a los tejidos, además de incrementar el riesgo de que se formen coágulos.

Todos sabemos que no es fácil dejar de fumar, pero no todos somos conscientes de un dato que aportó en 2010 el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo: los fabricantes añaden entre cuatrocientas y seiscientas sustancias para «enganchar aún más a los consumidores». Es un motivo más para pedir ayuda médica si queremos dejar de fumar. Como detallé en el texto “Fumar engorda. No empieces a fumar o déjalo cuanto antes”, además de acudir al médico, vale la pena revisar la página web “Ayuda para dejar de fumar” que ofrece el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

El sedentarismo, aunque no lo parezca, es tan peligroso como el tabaquismo, y no solo para el dolor de piernas. La inactividad es responsable de unos 5,3 millones muertes año, muy cerquita de las causadas por el tabaco. El dato procede de una rigurosa revisión científica publicada en la revista Lancet en julio de 2012 por Lee y colaboradores. Detallo a continuación diez oportunidades de hacer ejercicio, accesibles y gratuitas que incluí en mi libro «No más dieta». Me permito repetirlas, dado que el buen tiempo es un momento ideal para ponerlas en práctica:

  1. Utiliza menos el coche o el transporte público y más tus piernas.
  2. Si tienes que desplazarte en coche, aparca lo más lejos posible.
  3. Si tienes que ir en transporte público, bájate una parada antes o después.
  4. Tu perro puede ser tu mejor entrenador personal. No dudes en pasear a menudo con él.
  5. Olvídate de la televisión. Sobre todo del mando a distancia.
  6. No envíes e-mails a compañeros con los que compartes oficina. Levántate y habla con ellos. Además de hacer ejercicio, mejorarás tu vida social.
  7. Cuando hables a través del móvil, hazlo de pie y moviéndote.
  8. Todo edificio con ascensor tiene escaleras, y cada peldaño es una oportunidad de mejo el estado de tu corazón, de tus músculos y de tus articulaciones.
  9. Jugar con tus hijos es bueno por mil razones. Tu forma y su forma física es una de ellas.
  10. Cuando hagas un recorrido a pie (por ejemplo, ir a buscar a tus hijos al colegio), escoge un camino más largo.

Para saber más, aconsejo encarecidamente acudir al documento «Actividad Física para la Salud y Reducción del Sedentarismo«, del Ministerio de Sanidad y coordinado por la admirable doctora Victoria Ley.

 

 

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