Dentro de los grandes logros de la industria alimentaria de lo malsano encontramos la ubicuidad de sus engendros y que normalicemos la omnipresencia de la comida basura. Y no sólo en nuestro entorno (como estos mejunjes de la foto, junto al cajero de una gasolinera), también en nuestro día a día.
Otros dos grandes logros son:
1) Delegar la causa de nuestras malas elecciones dietéticas, casi de forma exclusiva, sobre nosotros mismos (¿os suena la frase «Bebe con moderación, es tu responsabilidad»?); y
2) Que interioricemos mensajes erróneos e interesados sobre la alimentación (como «No hay alimentos buenos ni malos», «Light», «Hay que comer de todo un poco con moderación», «El vino es salud» o «El azúcar de las frutas es peligroso»). Hablé de algunos de ellos en el texto «Decálogo cuñadietista«.
Estamos ante, la Agnogénesis Nutricional (generación de incultura nutricional), que desarrollé tanto en mi libro Come Mierda). como en el texto «Por qué debemos reducir la ignorancia nutricional (y el consumo de carne)«.
En cuanto a la frase de Charles Baudelaire que da título a este breve texto, viene al pelo porque obviar que estamos inundados en estímulos que nos invitan a comer mal («hacernos creer que no existe») nos puede llevar a la inacción.
Y sobre todo porque si no reconocemos o subestimamos dicha amenaza nos volvemos menos vigilantes y más vulnerables… y ese es «el mayor truco del diablo».
Suscripción a este blog: http://juliobasulto.com/novedad-suscripcion-a-mi-blog-a-traves-del-correo-electronico/
Próximos cursos o conferencias de Julio Basulto: