«Una mentira puede dar media vuelta al mundo mientras la verdad aún se está poniendo los zapatos», Mark Twain.

Los que nos preocupamos por la salud pública llevamos unas semanitas de disgusto tras disgusto con esto del vino y la COVID-19.

Si no me equivoco, la FEAE (Federación Española de Enología) fue la primera entidad en aferrarse al refrán «A río revuelto, ganancia de pescadores» (o a esta otra variante del refrán creada por el admirable periodista Antonio Ortí «A río revuelto, ganancia de la agroindustria»). Lo hizo mediante este comunicado. Y se hizo eco de su comunicado, el pasado 20 de marzo de 2020, la revista «Vinetur» con este deplorable titular «La supervivencia del coronavirus en el vino es imposible, según la FEAE«. Tampoco sobrevive en el queroseno, por cierto. Pero si el titular es deplorable, el subtítulo es abominable: «Además, un consumo moderado, puede ser beneficioso frente al agente infeccioso». Mejor que leer el artículo, les invito a que lean las respuestas al tuit que vinetur tuvo la desfachatez de compartir en su cuenta de Twitter: https://twitter.com/vinetur/status/1240977501859524609

Pero además de críticas en Twitter, recibió críticas en medios como la La Gulateca, Agencia EFE o Maldita Ciencia.

Por mi parte, traje el resultado principal de una investigación centrada en alcohol e inmunidad, cuya conclusión es clara como el agua del grifo: el alcohol interrumpe las vías inmunes, disminuye la defensa contra la infección e impide la recuperación de las lesiones en los tejidos (Sarkar D, et al. Alcohol Res 2015;37(2):153–5.).

 


Lógicamente, como el artículo de Vinetur tenía fecha de 20 de marzo, el comunicado de la FEAE debía tener fecha del 20 de marzo (o antes). Sin embargo, si entramos ahora mismo en dicho comunicado veremos que está fechado en el 23 de marzo. ¿Lo habrán retocado a raíz del alud de críticas? No lo sé, pero sí sé que el 3 de abril la FEAE amplió su comunicado con uno nuevo en el que leemos «En ningún caso, en el comunicado inicial se ha afirmado ni aseverado que haya una relación directa entre el consumo moderado de vino y la prevención de contagio por coronavirus». Vinetur no tardó en publicar un nuevo texto, en esta ocasión titulado «La FEAE sostiene que beber vino no protege contra el coronavirus«, y en el que nos encontramos con esta afirmación «La Federación de Enólogos atribuye la controversia a ‘interpretaciones erróneas’ que ‘han hecho algunos medios de comunicación'».

Vaya, pues vamos a leer de nuevo el comunicado (el del 23 de marzo):

«El consumo moderado de vino, vinculado al consumo responsable, puedo contribuir a una mejor higiene de la cavidad bucal y la faringe, esta última zona donde anidan los virus durante las infecciones».

¿No les parece entender que si los virus anidan en la cavidad bucal y la faringe y el vino puede contribuir a una mejor higiene de dichas zonas, podría ser que previniese la infección por coronavirus? A mí sí, así que incluyo la reflexión en la categoría «cuñaovirus«. Por eso les invito a leer de nuevo (si no lo han hecho ya) el genial texto del genial abogado Francisco José Ojuelos «Si le parece engañoso, entonces le parece ilegal«.

Y hablando de vino y de patadas a la salud, aquí dos mas:

1.- El 8 de abril El Español soltó una nueva ofensa a la salud pública relacionada con el alcohol, en el texto «Así beneficia a las mujeres beber una copa de vino tinto al día: 10 efectos que no conocías«. No hace falta que lo lean, ya se lo resumo: mentira tras mentira y tiro porque me toca. Como El Español compartió el artículo en su cuenta de Twitter, les contesté con un tuit, indicándoles que se habían olvidado de mencionar el único efecto probado del vino (y de cualquier otra bebida alcohólica) en la salud femenina: aumentar el riesgo de cáncer de mama. Curiosamente, poco después vi que su tuit había desaparecido (pero no el artículo).

 


2.- El 9 de abril, La Vanguardia publicaba el texto «La excusa que necesitabas para abrir otra botella de vino durante el confinamiento«. En él se nos invita a jugar con nuestros hijos con los corchos de las botellas de vino. Y yo me pregunto, ¿y por qué no con las cajetillas de tabaco? No, no exagero, como comprobarán en este tuit que dediqué al tema.

 


Pero volvamos al vino y al coronavirus. Porque, tal y como leemos en el texto de Maldita Ciencia, hay más medios que han sugerido que el vino protege del COVID-19. De hecho, el pasado 9 de abril supe gracias a Mayte Su que circulaba por Whatsapp un vídeo que reforzaba la intolerable mentira de que el vino es beneficioso para prevenir la infección por coronavirus. Aquí lo tienen (¡gracias de nuevo, Mayte!):

 


Sin más demora, le dediqué ese mismo día un vídeo de un minuto al tema.

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Viendo que el asunto sigue coleando, también dediqué al tema un nuevo tuit ayer mismo.

 

Pues bien, cuál no ha sido mi sorpresa al ver hoy que la mismísima Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dedicado un monográfico a la (falsa) afirmación que sugiere que las bebidas alcohólicas (eso incluye al «vinito» o a la «cervecita») pueden proteger frente a la infección por COVID-19. ¡Si habrá llegado lejos el bulo, para que la OMS tenga que desmentirlo! Su documento se titula «Alcohol and COVID-19: what you need to know” (Alcohol y COVID-19: lo que necesitas saber). Aquí algunas frases que podemos leer en dicho comunicado:

– «El alcohol etílico (etanol) es la sustancia de las bebidas alcohólicas responsable de la mayoría de los daños que surgen de su consumo, independientemente de si se consume en forma de vino, cerveza, licores o cualquier otra bebida».

– «El alcohol tiene efectos, tanto a corto como a largo plazo, en casi todos los órganos de su cuerpo. En conjunto, la evidencia sugiere que no existe un ‘límite seguro’; de hecho, el riesgo de daño a la salud aumenta con cada bebida de alcohol consumida» (vamos, lo que expliqué en mi conferencia «¿Es sana esa ‘copita de vino’ diaria?«).

– Y ahora viene cuando entran directamente a desmentir lo de que el alcohol mejora el sistema inmunitario:

  • Mito (lo tacho para evitar malentendidos): el alcohol (cerveza, vino, bebidas destiladas o bebidas alcohólicas a base de hierbas) estimula la inmunidad y la resistencia al virus.
  • Realidad: el alcohol ejerce un efecto nocivo en tu sistema inmune y no estimulará la inmunidad o la resistencia frente al virus.

He puesto en negrita «vino» para que no quepa duda.

Pero hay más. Traigo algunos fragmentos de la página web en la que la OMS comparte el comunicado.

– «El alcohol compromete el sistema inmunitario del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud. Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19«.

– «El alcohol es una sustancia psicoactiva que se asocia con trastornos mentales; las personas en riesgo o que tienen un trastorno por consumo de alcohol son particularmente vulnerables, especialmente cuando están en aislamiento».

– «Se sabe que el alcohol es dañino para la salud en general, y se sabe que aumenta el riesgo de lesiones y violencia, incluida la violencia de pareja, y puede causar intoxicación por alcohol. En momentos de encierro durante la pandemia de COVID-19, el consumo de alcohol puede exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia. La OMS/Europa recuerda a las personas que beber alcohol no los protege del COVID-19 y alienta a los gobiernos a aplicar medidas que limiten el consumo de alcohol».

– «Las reglas y regulaciones existentes para proteger la salud y reducir el daño causado por el alcohol, como restringir el acceso, deben mantenerse e incluso reforzarse durante las situaciones de emergencia y pandemia de COVID-19; mientras que se debe evitar cualquier relajación de las regulaciones o su aplicación»

Y aquí lo dejo, no sin antes recomendarles que lean a fondo esta otra página web de la OMS, titulada «Consejos sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19) para la población: destructores de mitos» (Coronavirus disease (COVID-19) advice for the public: Myth busters). De ella he tomado la frase con la que he ilustrado este artículo.

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Posdata (16 de abril de 2020): Ayer mismo volvió a aparecer otra mentira peligrosa, camuflada de consejo médico (son las mentiras más peligrosas), en un medio de comunicación. En el diario «Última hora» («El diario de referencia en Baleares») leímos que el médico mallorquín Miquel Timoner ha recomendado el consumo del licor Palo de Mallorca (ojo, con un grado alcohólico de entre 25-36%) para hacer frente al coronavirus. Para basar su «recomendación» este hombre aplica, en sus palabras, «la lógica y no la ciencia». Claro que sí. Repito: beber alcohol (vino, cerveza, ginebra, oporto, licores de hierbas… ), para prevenir o tratar la infección por COVID-19 es como rociar un bosque con combustible (diésel, queroseno, gasolina… ) para prevenir o apagar un incendio.

Posdata 2 (17 de abril de 2020): Acabo de saber (gracias a un tuit de Déborah García Bello) que el día 15 la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) publicó anteayer un comunicado en el que indica que le parece deplorable sugerir que las bebidas alcohólicas pueden ayudar en la infección por COVID-19. Aquí lo tienen: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/noticias_y_actualizaciones/noticias/2020/consumo_alcohol.htm

 

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