Hoy quiero hablar de una película titulada “El amigo de mi hermana”, pero también de una interesantísima investigación recién publicada en JAMA Pediatrics, que evalúa la prevalencia de los trastornos del espectro alcohólico fetal. Intentaré ser breve.

Si siguen con asiduidad este blog sabrán que hace dos días, el lunes, comuniqué por aquí mi renuncia a seguir colaborando con la revista Muy Interesante. Lo que quizá no sepan, y de ahí el motivo de este nuevo texto en mi blog, es que justo ese mismo día (21 de agosto de 2017) se publicaba una importante investigación en la revista JAMA Pediatrics relacionada con los peligros del alcohol. Sus resultados, que comento un poco más abajo, reafirman todavía más mi decisión.

 


Empezaré intentando justificar qué pinta en este blog la película “El amigo de mi hermana”. La consiguieron ayer mi mujer y mis hijas en una biblioteca ambulante, denominada “Bibliobús”, que visita periódicamente nuestro pueblo. En la portada no había ninguna pistola (en casa es uno de nuestros requisitos para decantarnos por una película u otra), pero sí una recomendación de The New York Times (“Conmovedora, ingeniosa y brillante”), además de indicarse que es ganadora de un globo de oro y que se trata de “Una deliciosa comedia sobre la familia, el amor, la amistad y el sexo”. Además, está “autorizada para todos los públicos”. Así que la vieron ayer por la tarde, mientras yo seguía con mis líos.

No voy a explicar la película. Sí diré que, independientemente de lo que detallaré ahora, ni a mi mujer ni a mis hijas les gustó. El caso es que las bebidas alcohólicas (whisky, vino, cerveza, y seguro que alguna bebida más) aparecen muy a menudo en el film. Si Olga, que escogió junto a mis hijas la película, hubiera visto bien la portada, no la habría tomado prestada de la biblioteca. Pero no la vio bien porque el sello de la biblioteca tapaba tres vasos con whisky (y que no están ahí por casualidad), que aparecen en la foto de portada. En la imagen que tienen debajo de estas líneas verán, a la izquierda, la portada de la película de la biblioteca, y a la derecha la portada real.

 

elamigodemihermana

 

Estoy seguro de que ningún bibliotecario puso ahí el sello conscientemente. Pero sí creo que quien pensó en la foto de portada de la película sí puso los vasos de whisky con toda la intención.

La (muchísima) aparición de bebidas alcohólicas en películas no es en absoluto la excepción, sino que es, por desgracia, la norma. Los estudios sobre el tema indican que el alcohol está presente en la mayor parte de películas. Y aparece casi siempre otorgando un papel positivo al consumo de alcohol. En el mejor de los casos, salvo contadas excepciones, se otorga un papel neutro. Además, suele asociarse con características o consecuencias deseables (Grube JW., 2014).

Le he preguntado sobre este tema al abogado Francisco José Ojuelos (@CriticaProcesal) quien, con la lucidez que le caracteriza, me ha respondido lo siguiente:

«La banalización del consumo de alcohol y el enmascaramiento de los efectos adversos asociados a su consumo es un éxito de la industria que lo promueve y un fracaso para la salud pública y para el presupuesto público sanitario y social. Decimos consumo, sin más, porque:

1) incluso el consumo llamado moderado acaba derivando a veces, según demuestran estudios, en un consumo que excede la moderación (la promoción no distingue destinatarios) y,

2) ni el consumo moderado está exento de riesgos para la salud, como ya hemos justificado sobradamente«.

Cabe dudar de cuál es la causa de la presencia dulcificada del alcohol en un película destinada a todos los públicos, pero bien sea por causa de la banalización, efecto directo de la promoción y de la presión que ha provocado la frustración de hasta cuatro proyectos de ley, bien sea por efecto de una acción de promoción directa, podemos constatar el amargo fracaso: ahí está el alcohol como causa del éxito en una película para todas las edades

[…].»

Interrumpo un segundo a Francisco José Ojuelos, porque creo necesario extraer un fragmento del texto que ha vinculado al citar la «frustración de hasta cuatro proyectos de ley». El hipervínculo nos lleva al texto «Botellón sin remedio«, escrito para El Periódico por Manuel Vilasero (@manelvilasero) en el que entrevista a diferentes expertos, como el Dr. Antoni Gual. Pues bien, el fragmento que quiero traer aquí es este: «El lobi español de la bebida ha logrado torpedear en 14 años cuatro proyectos legislativos contra el consumo en menores». Dicho esto, sigamos escuchando a Ojuelos:

«El mantra conocido de los promotores sin escrúpulos y de los convencidos por él de buena (sin interés económico directo) o mala fe (con interés económico) es que el consumo moderado no es nocivo. ¿También el consumo moderado de niños? No, claro, pero se consume alcohol como si nada en películas dirigidas a ellos. ¿Por qué al menos no hay advertencias sanitarias de los efectos del consumo excesivo y sí nos advierten de que no metamos un gato en el microondas para secarlo?

Veamos hasta dónde llega el marketing del alcohol».

No tarden en seguirle en Twitter y en suscribirse a su blog. Sigo: la Organización Mundial de la Salud, en su libro titulado “Alcohol en la Unión Europea” y publicado en 2012, indicó que “El marketing de bebidas alcohólicas es multifacético, estratégico y a largo plazo […] Persigue exaltar los beneficios y eliminar las barreras al consumo” y también detalló que la presencia de alcohol en las pantallas (ya sea en películas o en anuncios publicitarios) “influye directamente en el patrón real de consumo de alcohol por parte de adolescentes”. Mis tres hijas son adolescentes, así que quizá por eso me preocupa tanto este tema, y no solo por ser nutricionista. Sea como sea, y volviendo al libro de la OMS, de él es la gráfica que tienen debajo de estas líneas. Es bastante clarificadora.

 

alcoholwhomarketing

 

Aunque ya he compartido en este blog el artículo que cito ahora, no me importa repetirlo. Se trata de un texto que periodista Manuel Ansede publicó en Materia, la sección de ciencia de El País, titulado «Las marcas alcohólicas se posicionan en el 41% de las películas para niños»

 

En el escrito de Manuel Ansede leemos que “Las empresas especializadas en marketing citan presupuestos millonarios para posicionar productos en las grandes producciones cinematográficas”. ¿Por qué creen que invierten esa millonada, si no es porque saben que así consumiremos más alcohol? Opino, como el Dr. Antoni Gual, que se debería prohibir el marketing de bebidas alcohólicas.

 

 

Pero lo que me lleva a hablar de esta película hoy es que una de las protagonistas decide hacer el amor con un chico con el objetivo de quedarse embarazada, en una noche en la tanto ella como él habían bebido ingentes cantidades de alcohol. Aunque en el largometraje se da a entender que el consumo de alcohol es un catalizador de diversas consecuencias positivas (no solo el embarazo, sino la amistad, el amor e incluso el curso de las vidas de los protagonistas), en el mundo real consumir alcohol siempre es peligroso. Sobre todo si el alcohol lo toman mujeres en edad fértil, tal y como detallé en el texto “Una de cada 67 embarazadas que beba alcohol lo lamentará”.

 


Es momento de hablar del estudio que he comentado al principio de este escrito, y que se publicó el lunes en JAMA Pediatrics (Lange S., et al., 2017). Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis coordinada por la doctora Shannon Lange, y en la que ha participado unas de las referencias mundiales en epidemiología del alcoholismo, el doctor Jürgen Rehm. Su investigación ha evaluado la prevalencia global de los trastornos del espectro alcohólico fetal, cuya forma más severa es el síndrome alcohólico fetal, para concluir que a escala mundial es una discapacidad muy frecuente y, lo más importante, que “es en gran medida prevenible”. Pero los investigadores añaden algo más:

“Nuestros hallazgos destacan la necesidad de establecer un mensaje universal de salud pública sobre el daño potencial que supone la exposición prenatal al alcohol”.

En eso estamos. Por cierto, sería todo un detalle que nuestras autoridades dejaran de promocionar el vino. Ayer mismo, sin ir más lejos, lo hizo la cuenta de Twitter oficial del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Gobierno de España).

 

mapamagob

 

Muy agradecido, como muchas otras veces, al abogado Francisco José Ojuelos (@CriticaProcesal) tanto por las geniales palabras que ha regalado a este texto, como por su revisión legal del mismo. Les recomiendo, por último, que lean esta entrevista que hicieron a Ojuelos los periodistas Adrian Cordellat (@acordellat) y Diana Oliver (@Diana_Oliver), dado que guarda relación con lo aquí expuesto: «Consumo de alcohol entre niños y adolescentes: ¿un problema normalizado?«.

Posdata (23 de febrero de 2024). Tenéis todas las ocasiones en las que he hablado en este blog sobre el alcohol aquí: https://www.juliobasulto.com/tag/alcohol/

Posdata 2 (23 de febrero de 2024). Vale mucho la pena revisar este artículo en Luis M. García en The Objective (sobre todo el apartado «Presente en juegos, películas y series»): «La OMS reclama una regulación «más eficaz» de la publicidad del alcohol«.

 

Bibliografía citada:

Ansede M. Las marcas alcohólicas se posicionan en el 41% de las películas para niños. 5 de mayo de 2017. Materia (El País). En línea: https://elpais.com/elpais/2017/05/04/ciencia/1493921058_794136.html

Bassas A. Antoni Gual: “L’alcohol hauria de ser més car i menys accessible”. 19/08/2017. Ara.cat. En línea: http://www.ara.cat/societat/ANTONIGUAL-Lalcohol-hauria-menys-accessible_0_1854414565.html

Cordellat A y Oliver D. «Consumo de alcohol entre niños y adolescentes: ¿un problema normalizado?“ 9 de noviembre de 2016. Madresfera. En línea: https://madresfera.com/alcohol-y-ninos/

Grube JW. Alcohol in the Media: Drinking Portrayals, Alcohol Advertising, and Alcohol Consumption Among Youth. En: National Research Council (US) and Institute of Medicine (US) Committee on Developing a Strategy to Reduce and Prevent Underage Drinking; Bonnie RJ, O’Connell ME, editors. Reducing Underage Drinking: A Collective Responsibility. Washington (DC): National Academies Press (US); 2004. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK37586/

Lange S, Probst C, Gmel G, Rehm J, Burd L, Popova S. Global Prevalence of Fetal Alcohol Spectrum Disorder Among Children and Youth: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Pediatr. 2017 Aug 21.[Epub ahead of print]. En línea: http://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/data/journals/peds/0/jamapediatrics_lange_2017_oi_170049.pdf

Popova S, Lange S, Probst C, Gmel G, Rehm J. Estimation of national, regional, and global prevalence of alcohol use during pregnancy and fetal alcohol syndrome: a systematic review and meta-analysis. Lancet Glob Health. 2017 Mar;5(3):e290-e299. En línea: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28089487

Vilaseró M. Botellón  sin remedio. 11/11/2016. El Periódico. En línea: http://www.elperiodico.com/es/sanidad/20161111/botellon-sin-remedio-medicos-exigen-regular-consumo-alcohol-menores-5622651

World Health Organization. Alcohol in the. European Union. Consumption, harm and policy approaches. WHO. 2012. En línea: http://www.euro.who.int/en/publications/abstracts/alcohol-in-the-european-union.-consumption,-harm-and-policy-approaches

 

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