Muchos adultos tenemos cifras elevadas de colesterol sanguíneo (hipercolesterolemia), algo que preocupa muchísimo a las autoridades sanitarias. Y les preocupa con razón, porque la hipercolesterolemia incrementa las posibilidades de morir de forma prematura. Pero más preocupante es que los niños tengan demasiado colesterol en su sangre, tal y como amplío en el presente texto.

Hipercolesterolemia en adultos, pero también en niños españoles

Cuando la mitad de la población padece una enfermedad prevenible es momento de tomar serias medidas para frenar sus efectos negativos. Es lo que sucede con la hipercolesterolemia: el 50% de la población adulta tiene, en España, el colesterol elevado, lo que se relaciona “de forma independiente, fuerte y continua con el riesgo de enfermedad isquémica del corazón, incluso en los jóvenes y en poblaciones con bajo riesgo coronario”. Tanto los datos de hipercolesterolemia como la frase anterior están tomados del estudio ENRICA (Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España), aparecido en junio de 2012 en la Revista Española de Cardiología.

Pero toda alarma sanitaria es mucho mayor cuando no solo se observa en adultos, sino también en niños. Lo digo porque una injustificable cantidad de niños españoles presenta niveles de colesterol por encima de lo normal. Hasta tres de cada diez niños presentaban en 2008 cifras elevadas de colesterol, según detalló la doctora Olga Cortés Rico en un documento titulado “Cribado de la hipercolesterolemia”, y elaborado en nombre del PAPPS-semFYC (grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria).