Un metaanálisis se parece bastante a un sofrito. Así, según la calidad, cantidad y tipo de ingredientes que le pongas, el sofrito estará más o menos bueno. En el caso del metaanálisis, según la cantidad, la calidad y el tipo de estudios que hayas podido evaluar, los resultados serán más o menos fiables.

Lo digo porque acaba de publicarse un metaanálisis de Jinsheng Wang y colaboradores (Front Nutr. 2021 Aug 19;8:683191) que pese a constatar que la calidad científica de los estudios que observan mejoras atribuibles a la dieta FODMAP es «moderada», parece recomendarla con alegría. Así que me he decidido a mirar de cerca este trabajo.

Para empezar, los investigadores reconocen que la mayoría de los estudios no abordaron las diferencias en la respuesta a las intervenciones dietéticas entre los subgrupos con Síndrome del Intestino Irritable (SII).

También detallan que varios estudios de base no utilizaron una escala de evaluación unificada para evaluar los síntomas generales del SII. En sus palabras: «Las diferentes definiciones de la mejoría de los síntomas del SII pueden limitar el beneficio informado […] y dar lugar a un cierto grado de heterogeneidad entre los diferentes estudios».

Pero ahora viene lo más importante: la cantidad de participantes en los estudios de base (la muestra) fue pequeña («the sample size of the participants involved is small») y además ningún estudio de los evaluados duró más de 8 semanas. Este es un detalle crucial ante un trastorno funcional digestivo crónico, como es el caso del SII.

Jinsheng Wang y su equipo indican en su investigación que «Los efectos, tanto positivos como negativos, de una dieta FODMAP a largo plazo sobre el SII aún deben evaluarse ampliando la cantidad de muestra y ampliando el tiempo de intervención». Y añaden que tales estudios deberían durar como mínimo 6 meses para establecer la eficacia a largo plazo («a minimum length of 6 months has been recommended to establish long-term efficacy»).

En suma, sigo pensando que es pronto para lanzar campanas al vuelo con esta dieta, máxime sabiendo que su seguimiento a largo plazo no está exento de potenciales efectos adversos, como he ido detallando en las distintas posdatas que he añadido a mi texto «Dieta FODMAP para el síndrome del intestino irritable: no hay consenso«.

Nota: muchas gracias a @sexoconsultas por avisarme de la publicación de este estudio.

 

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