Calcio, leche y salud ósea son sinónimos para muchísimas personas, sobre todo si trabajan en la industria láctea, la farmacéutica o la que vende complementos alimenticios. También si reciben dinero por promocionar de forma directa o indirecta sus productos. No pueden ni imaginarse el poder de los “conflictos de interés”, y el efecto de la financiación de las industrias en los estudios. Financiación que sesga a menudo los resultados a favor de los productos que venden dichas industrias (World J Methodol. 2015;5(4):175-8), algo que puede tener efectos significativos sobre nuestra percepción de la ciencia, y por ende sobre nuestra salud. Si no me creen, les invito a leer este texto en el que mostré un ejemplo bastante clarificador.

Pues bien, aunque es verdad que los lácteos son una buena fuente dietética de calcio, diversas investigaciones científicas no observan que un mayor consumo de estos productos prevenga las fracturas en los huesos.

Eduard Baladia, Maria Manera y yo ya apuntábamos en 2013, en nombre del ya disuelto GREP-AEDN, que la relación entre la ingesta de productos lácteos (elevada en población adulta e infantil española) “es actualmente tema de discusión”.  Pueden comprobarlo en esta carta que enviamos al director de Nutrición Hospitalaria (aquí el texto completo).

Un año después, en enero de 2014, Feskanisch y colaboradores publicaban en JAMA Pediatrics un estudio que consistió en el seguimiento de 96.000 hombres y mujeres durante 22 años, en el que se concluyó que una mayor ingesta de leche durante la adolescencia no se relaciona con un menor riesgo de fracturas de cadera (el principal tipo de fractura osteoporótica) en adultos mayores.

Y más recientemente, en septiembre de 2015, Vicky Tai y colaboradores y Mark J Bolland y colaboradores publicaban sendos estudios en la revista BMJ, la mar de rigurosos (revisión sistemática con metaanálisis),  en los que mostraban que aumentar la ingesta de calcio, sea a partir de alimentos o a partir de suplementos, no disminuirá nuestro riesgo de padecer una fractura.

Así, pese a que durante años se ha pretendido reducir el complejo funcionamiento del metabolismo óseo a un único nutriente llamado calcio, hoy sabemos que proteger la salud de nuestros huesos no pasa necesariamente por tomar lácteos, ni tampoco por tomar pastillas que contengan este mineral. La Universidad de Harvard, de hecho, indica que «Los nutrientes de la leche se pueden encontrar en otros alimentos y por lo tanto no es un alimento esencial ni siquiera para el crecimiento y desarrollo normal de los niños o para la prevención de problemas de salud como fracturas óseas».

Nadie está diciendo que la leche sea venenosa, porque no lo es (Nutrients. 2015;7(9):7749-63). Lo que sí es cierto es que tomar muchos lácteos desplazará el consumo de alimentos de origen vegetal poco procesados, que deben ser la base de nuestra alimentación.

En mi opinión, en resumen, podemos despreocuparnos del calcio: no es necesario pensar en qué alimentos podemos encontrarlo ni qué pastilla será la mejor (si es que eso existe). Sí es recomendable, si queremos cuidar nuestros huesos, que pensemos no en nutrientes saludables, sino en alimentos saludables: frutas frescas, hortalizas, legumbres, frutos secos (almendras, avellanas, nueces), fruta desecada o granos integrales. Y si pensamos en un estilo de vida saludable, y eso incluye la lactancia materna, mejor todavía.

Posdata 1: Más información en el texto «No solo de calcio vive el hueso«.

Posdata 2: Dediqué tres entregas del espacio «Vida Sana» en «Las tardes de RNE» (Radio Nacional de España) a este tema. Aquí os dejo la primera, la segunda y la tercera parte.

Posdata 2 (4 de enero de 2024): Una revisión de Nutrimedia (Universitat Pompeu Fabra-Cochrane Iberoamérica) concluye que «Tomar suplementos de calcio podría producir poca o ninguna diferencia en el riesgo de fractura de cadera y probablemente produce poca o ninguna diferencia en el riesgo de fractura vertebral, no vertebral o de cualquier tipo (en cualquier sitio). Con la evidencia actual, no hay justificación para recomendar el consumo de suplementos de calcio para prevenir las fracturas en la población general».

Bibliografía citada:

  • Baladia E, Basulto J, Manera M. ¿Sobreestimación de la prevalencia del riesgo de ingesta inadecuada de calcio en escolares españoles? Comparación de la ingesta observable con las ingestas dietéticas de referencia; uso del Estimated Average Requirement (EAR) versus las Recommended Dietary Allowances (RDA). Nutr Hosp. 2013 May-Jun;28(3):971-2. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23848129
  • Basulto J. Bebidas azucaradas ¿engordan? Respuesta: ¿quién financia el estudio? Ser Consumidor. 13 de marzo de 2014. En línea: http://cadenaser.com/programa/2014/03/13/ser_consumidor/1394714569_005406.html
  • Benetou V, Orfanos P, Feskanich D, Michaëlsson K, Pettersson-Kymmer U, Eriksson S, Grodstein F, Wolk A, Bellavia A, Ahmed LA, Boffeta P, Trichopoulou A. Fruit and Vegetable Intake and Hip Fracture Incidence in Older Men and Women: The CHANCES Project. J Bone Miner Res. 2016 Apr 8..
  • Bolland MJ, Leung W, Tai V, Bastin S, Gamble GD, Grey A, Reid IR. Calcium intake and risk of fracture: systematic review. BMJ. 2015 Sep 29;351:h4580. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26420387/
  • Jiménez-Arreola J, Aguilera Barreiro Mde L. Lactancia materna como factor preventivo para la osteoporosis en mujeres adultas Nutr Hosp. 2015 Dec 1;32(6):2600-5. doi: 10.3305/nh.2015.32.6.9047. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26667710
  • Larsson SC, Crippa A, Orsini N, Wolk A, Michaëlsson K. Milk Consumption and Mortality from All Causes, Cardiovascular Disease, and Cancer: A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients. 2015 Sep 11;7(9):7749-63. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26378576
  • Lucas M. Conflicts of interest in nutritional sciences: The forgotten bias in meta-analysis. World J Methodol. 2015 Dec 26;5(4):175-8. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26713276
  • Tai V, Leung W, Grey A, Reid IR, Bolland MJ Calcium intake and bone mineral density: systematic review and meta-analysis. BMJ. 2015 Sep 29;351:h4183. En: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26420598/