Me han preguntado últimamente qué opino de la del uso de los SARMs en el ámbito deportivo, por su efecto en el incremento de la fuerza o de la masa muscular. Me lo preguntan, sobre todo, porque al parecer se encuentran formando parte de los dichosos complementos alimenticios. SARMs son las siglas, en inglés de Moduladores Selectivos del Receptor de Andrógenos (Selective Androgen Receptor Modulators). Se dirigen a los receptores de andrógenos en tejidos específicos, como los músculos y los huesos, para promover el crecimiento/fortalecimiento de la masa muscular u ósea.

Su interés (¡en el ámbito de la investigación!) es que no nos aportan andrógenos: permiten que los que ya tenemos (hombres y mujeres) sean más aprovechables. Los andrógenos precisan unirse a unos receptores que no siempre están del todo activados y los SARMs son como una llave que abre dichos receptores.

Así, si se demostrase su eficacia y seguridad tendrían un menor efecto sobre tejidos como la próstata. Por eso se considerarían, en principio (más abajo explico este “en principio”) más seguros. ¿Por qué? Porque se evitarían los efectos secundarios típicos de los esteroides. Los hombres que toman testosterona en exceso (muy típico en culturistas) suelen experimentar un aumento en el tamaño de su próstata, lo que eleva su riesgo de cáncer de próstata. En mujeres esto no ocurre (no tienen próstata) pero eso no significa que los esteroides sean inocuos en ellas. Pueden provocar (en hombres y mujeres) desde acné e hipertensión hasta hepatotoxicidad y cardiomiopatía (potencialmente mortal) (Front Endocrinol (Lausanne). 2022 Dec 19;13:1059473).

 

Pues bien, los SARMs se están investigando por su potencial para tratar enfermedades como la pérdida de masa muscular y la osteoporosis. Lo malo es que muchos atletas y culturistas los usan para mejorar su rendimiento físico, hasta el punto de que se ha considerado que estamos ante una «peligrosa moda» o incluso una «epidemia» entre los jóvenes.  Lo malo es, también, que:

1. Su uso está prohibido por las agencias antidopaje.

2. No están aprobados ni siquiera para para un uso médico más allá de los ensayos clínicos controlados, hasta el punto de que la FDA ha emprendido en varias ocasiones acciones penales contra los vendedores o distribuidores de estos productos. ¿Y en España? En palabras del Ministerio del Interior, «están catalogados por la Agencia Española del Medicamento como “medicamentos en experimentación”, por lo que su distribución y venta no está autorizada en España». Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han llevado a cabo operaciones contra el tráfico ilegal de SARMs en España.

3.- Su consumo eleva el riesgo de efectos adversos como disfunción sexual, infertilidad, toxicidad hepática, alteraciones en los niveles de lípidos en la sangre y problemas cardiovasculares (como accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos).

4. En ocasiones aparecen escondidos cual ratero en complementos alimenticios para deportistas… sin declararlo en su etiqueta (Biomed Res Int. 2022 Apr 22;2022:8387271).

Que a nadie le sorprenda esto último. La adulteración de complementos alimenticios para deportista la han constatado varios estudios, como el de José Miguel Martínez-Sanz, Isabel Sospedra, Christian Mañas Ortiz, Eduard Baladía, Angel Gil-Izquierdo y Rocio Ortiz-Moncada, que concluyó que del 12 al 58% de los complementos alimenticios para deportistas (batidos/barritas de proteína, creatina… ) están adulterados con sustancias dopantes (esteroides anabólicos -testosterona, nandrolona-, dimetilamilamina…) (Nutrients. 2017 Oct 4;9(10):1093).

Y ya que he comentado que pueden aparecer escondidos en suplementos, a continuación enumeraré algunos ejemplos. Los ofrece la agencia antidopaje de Estados Unidos (United States Anti-Doping Agency en inglés, conocida también como USADA). Y es que, en sus palabras, los SARMs «se comercializan con frecuencia e ilegalmente en suplementos dietéticos o como productos químicos de investigación». Aquí algunos de los nombrecitos que nos deben hacer huir como alma que lleva el diablo:

Ostarina (Enobosarm, MK2866, S22)
Andarina (S4)
LGD-4033 (Ligandrol)
LGD-3033
TT-701
RAD140 (Testolona)
S23

A la lista anterior, la USADA añade cuatro sustancias más, también prohibidas y que también se comercializan a veces como SARMs:

SR9009 (Stenabolic)
Ibutamoren (MK-677, Nutrabol)
GW501516 (GW1516, Cardarina, Endurobol)
YK-11

Casi acabo. A continuación intento justificar, con cuatro artículos de un servidor, el «dichosos complementos alimenticios» con el que he comenzado el texto.

1. «Sorpresas ocultas en los complementos alimenticios«.

2. «Complementos alimenticios: ¿qué les decimos a nuestros pacientes?«.

3.  «¿Suplementos dietéticos? ¿Complementos alimenticios? ¿Multivitamínicos? Ojo con eso«.

4.- «Plantas medicinales “que arruinarían las farmacéuticas”… ¡venga ya, hombre!«.

 

Ah, y si a alguien se le pasa por la cabeza tomar complementos alimenticios a base de plantas medicinales, que se lo quite de la mente: el riesgo de adulteración es más que probable (Front Pharmacol. 2019 Oct 24;10:1227).

 

Tenéis todo lo anterior desglosado en forma de hilo en mi cuenta de Twitter (X), aquí:

 

Suscripción a este blog: http://juliobasulto.com/novedad-suscripcion-a-mi-blog-a-traves-del-correo-electronico/

Próximos cursos o conferencias de Julio Basulto: