El día menos pensado dejaré de denominar a este blog «El blog de Julio Basulto», para llamarlo «El blog de Maria Manera y Julio Basulto». Si no me creen, hagan clic en el siguiente enlace y verán la cantidad de veces que Maria aparece citada: http://juliobasulto.com/tag/maria-manera/

Y es que hoy, de nuevo, tengo que hablar de ella. Porque acaba de hacerme llegar el más reciente documento de la Organización Mundial de la Salud relacionado con la prevención de la obesidad. Se titula «Assessing and managing children at primary health-care facilities to prevent overweight and obesity in the context of the double burden of malnutrition». Pueden acceder al documento completo, que cuenta con 88 páginas, desde el link o la imagen que aparecen a continuación: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/259133/1/9789241550123-eng.pdf?ua=1

 

omsobesidadinfantil

 

Pero antes de seguir hablando de la OMS quiero explicar una pequeña anécdota. El pasado 20 de octubre tuve el honor de ser invitado a impartir una ponencia en el XXIII Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral. En mi conferencia, cité la importancia capital que tiene la promoción y la protección de la lactancia materna. El caso es que en el turno de preguntas tomó la palabra alguien convencido de que la lactancia materna produce caries, por lo que, con altisonancia, dijo algo así como «Que las mujeres den el pecho si quieren, pero que les cepillen los dientes a sus hijos».

Mi respuesta, que compartí más tarde en mi cuenta de Facebook fue algo así: al escuchar tales argumentos siempre pienso lo siguiente: ¿Cómo le sentaría a un dentista que un nutricionista dijera «Cepíllale los dientes si quieres, pero dale el pecho a tu hijo»? Además, cité el metaanálisis que Mari Jeeva Sankar y colaboradores publicaron en Acta paediatrica en diciembre de 2015 (Acta Paediatr. 2015 Dec;104(467):3-13), en el que leemos que los niños que toman el pecho más de dos años presentan la mitad de riesgo de mortalidad que los que no toman el pecho, tras controlar por potenciales factores de confusión. Ojo, no menos riesgo de otitis, orzuelos, aftas bucales…o caries, sino menos riesgo de mortalidad. Sí, las caries son preocupantes, por supuestísimo,  y seré el primero en defender la correcta higiene oral, pero no es tolerable poner peros a la lactancia materna, una costumbre bastante arraigada en no pocos profesionales sanitarios. Máxime cuando sabemos el crucial papel que la lactancia materna desempeña en la salud individual y colectiva, como detallé en el último de los textos que he compartido en este blog, titulado «Lactancia materna: deliciosa conexión entre la inmunidad de la madre y la del bebé«. Y máxime, también, cuando la relación entre lactancia y caries es más que dudosa, como podrán comprobar en el artículo: «Lactancia materna y caries» firmado por el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría.

Dicho esto, vuelvo al texto de la Organización Mundial de la Salud. En la introducción, leemos un párrafo que, dadas las preocupantes cifras de obesidad y malnutrición que hay en el mundo, debería leer atentamente todo padre, cuidador, docente, profesional sanitario…y sobre todo político:

«La epidemia mundial de niños y adolescentes con obesidad afecta a todas las regiones del mundo, y eso incluye a los países en los que la desnutrición sigue siendo común. En 2016, 155 millones de niños se vieron afectados por un retraso en el crecimiento y 52 millones de niños padecieron emaciación, mientras que 41 millones de niños tenían sobrepeso. Tener bajo peso o el retraso en el crecimiento se asocia con un aumento de la mortalidad y la morbilidad infantil y con  discapacidades en el desarrollo. Alrededor del 20% de las muertes infantiles aún están relacionadas con la malnutrición. Sin embargo, padecer sobrepeso u obesidad también tiene implicaciones inmediatas para la salud física y mental de un niño o un adolescente. El sobrepeso y la obesidad son los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes y muerte prematura en adultos. Paradójicamente, un historial de bajo peso al nacer o de retraso en el crecimiento son factores de riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y de desarrollar enfermedades cardiovasculares o diabetes en etapas posteriores de la vida

[…]».

Pues bien, hoy solo quiero traer a este blog un nuevo motivo para promocionar y proteger la lactancia materna. Porque en el citado documento hallamos que uno de los «Best practice statements» para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la infancia es el siguiente:

«Los cuidadores y las familias de lactantes y niños menores de 5 años que acudan a las instalaciones de atención primaria de salud deben recibir un asesoramiento nutricional general que incluya la promoción y el apoyo de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, continuada [no de manera exclusiva, se entiende] hasta los 24 meses o más».

Tengo que reconocer que ni a Maria Manera ni a mí nos ha sorpendido. Ambos conocemos diferentes estudios o documentos que recomiendan lo mismo desde hace años. Cité algunos de ellos en el texto: «Su bebé tiene sobrepeso: quítele la lactancia materna (¡la madre que me parió!)«.

Antes de terminar, quiero hacer una advertencia: nada de lo anterior sugiere que la lactancia materna sea el santo grial contra la obesidad. Que nadie vaya a pensar: «Como le doy el pecho, mi hijo puede tomar con alegría zumos, galletas u otra bollería, aperitivos salados, postres lácteos azucarados o [peor aún] ‘refrescos‘». Sabemos que la lactancia materna, a escala poblacional, es una de las herramientas de prevención de la obesidad, pero a título individual influyen muchísimos factores, de los que la lactancia es solamente uno, y no sabemos si es el más importante. Muy probablemente (opino) la herramienta más importante sea una comprometida, seria, exenta de conflictos de interés y libre de injerencias de la industria alimentaria implicación de los gobiernos en el tema.

Nota: Agradecido, como siempre, a mi amiga Maria por hacerme llegar el documento de la OMS, y por tantas y tantas cosas más. Y también muchísimas gracias a Olga Ayllón y Ana Basulto, las preciosidades que ilustran este texto en la foto de cabecera.

Fuente: Guideline: assessing and managing children at primary health-care facilities to prevent overweight and obesity in the context of the double burden of malnutrition. Updates for the Integrated Management of Childhood Illness (IMCI). Geneva: World Health Organization; 2017. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/259133/1/9789241550123-eng.pdf?ua=1

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