Las infusiones que se comercializan para aumentar la producción de leche materna o mejorar su calidad no tienen respaldo científico

En las últimas semanas, numerosos grupos de apoyo a la lactancia materna han denunciado la existencia de unas infusiones que presumen de estar indicadas para mujeres que amamantan. Se hace creer a las potenciales consumidoras de estos productos que mejorarán o bien la producción o bien la calidad de la leche materna, algo que en absoluto está demostrado de forma científica que ocurra. En el presente artículo se aborda esta cuestión y se subrayan los posibles riesgos de confiar en el consumo de infusiones durante la lactancia materna.

Un producto sin sustento científico

Consumir infusiones para aumentar la producción de leche materna. Esto es lo que proponen algunos productos que se comercializan en el mercado. ¿Qué hay de cierto en esta propuesta?

Los profesionales sanitarios, antes de dar por válida una hipótesis sobre los supuestos beneficios de un acto sanitario -como lo es tomar un producto para incrementar la producción de leche materna-, se hacen preguntas como la siguiente: ¿hay estudios científicos, llevados a cabo en una muestra representativa de mujeres lactantes, que prueben que existe un aumento relevante en la producción de leche gracias a la ingesta de una dosis razonable de infusiones? La respuesta: no se ha conseguido encontrar ninguna investigación con tales características y ninguna empresa que venda infusiones las aporta. Opina de igual manera la Academy of Breastfeeding Medicine (Academia de Medicina de la Lactancia Materna), según se lee en un documento oficial sobre este tema, publicado en febrero de 2011 en la revista Breastfeeding Medicine.

Y, aunque existieran tales estudios, habría que preguntarse qué sustancias presentes en las infusiones serían las responsables de ese incremento. Si se conocieran, surgiría una nueva cuestión: ¿cuál es el mecanismo mediante el que esas sustancias consiguen ese aumento? Incluso si se tuviera respuesta a todas las preguntas anteriores (no es el caso), se debería considerar lo siguiente: que la madre produzca más leche, ¿es un efecto beneficioso? Según las entidades de referencia, los bebés maman en función de lo que tienen que crecer en cada momento de su desarrollo, así que si la madre produce más leche de la que su hijo necesita, podrían producirse problemas en los pechos maternos.

 

Riesgos asociados al consumo de esta clase de productos

 

Ante la patente ausencia de pruebas a favor de la hipótesis que sostiene que ciertas infusiones incrementan la producción de leche materna, es momento de preguntarse si existen posibles riesgos asociados a la utilización de las infusiones. En efecto, hay y son los siguientes:

  • Se crea una necesidad que ocasiona un gasto innecesario de dinero (estos productos no suelen ser baratos).
  • Existen infusiones que, consumidas por la mujer que amamanta, pueden generar efectos adversos tanto en la madre como en el bebé. El Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP), en su monográfico ‘Lactancia materna: guía para profesionales’, afirma que algunos de estos productos pueden ser «francamente peligrosos». La asesora de lactancia Patricia B. Sánchez y la revista Con Apego han advertido de algo similar en abril de este año, en base a datos tomados de la reputada base de datos e-lactancia.org.
  • Habrá mujeres que, confiadas por la aparente inocuidad de estos productos, piensen que si una infusión es buena, tomar más infusiones multiplicará el beneficio, cuando lo único que se multiplicarán son las posibilidades de que se produzca un efecto adverso.
  • En estos productos no siempre se encuentra lo que declara la etiqueta, tal y como reveló en octubre de 2013 una investigación publicada en BMC Medicine o como se detallaba en el artículo ‘El mito de las 15 plantas milagrosas‘.
  • Existen infusiones que pueden generar reacciones alérgicas o que pueden interaccionar con fármacos que esté tomando la madre (la mayoría son compatibles con la lactancia, según la AEP), lo que puede traducirse en efectos secundarios indeseados, como amplía la Academy of Breastfeeding Medicine.
  • Puede que algunas mujeres, confiadas por la promesa de éxito de estas infusiones, desatiendan la importancia de dar el pecho a demanda, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud.
  • Si la mujer cree en el beneficio que sugiere el fabricante, se vuelve más vulnerable a sucumbir en las redes de otras terapias alternativas sin base científica, que pueden ser aún más peligrosas, sobre todo cuando existe una enfermedad grave que requiere un tratamiento médico eficaz.
  • Es posible que haya mujeres que piensen que si no toman estas infusiones no podrán dar el pecho con éxito. Así, si no consiguen adquirirlas, puede que desconfíen de su capacidad de amamantar a sus hijos, tal y como indica Alba Padró, experta en lactancia materna, en su blog Som la llet.
  • Se puede generar un sentimiento de frustración en numerosas mujeres por no lograr producir más leche, pese a que hayan seguido las instrucciones del fabricante, en quien las mujeres confían por su reputación de empresa seria.

 

Infusiones y lactancia: ¿los mensajes son legales?

 

A todo lo anterior hay que sumar que ni la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ni la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) han aprobado ninguna declaración de salud que pueda acompañar a las infusiones.

Pese a ello, hoy por hoy se encuentran en el mercado productos en cuyas etiquetas es posible leer «infusiones para la lactancia». Según la legislación, cualquier declaración que pueda tener para los consumidores el mismo significado que una declaración nutricional está sujeta a las mismas condiciones legales recogidas en el reglamento 1924/2006 «relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos». Dicho de otro modo, el mensaje «infusión para la lactancia», para el legislador, es sinónimo de «contiene nutrientes imprescindibles para la mujer que amamanta» o de «aumenta la producción de leche materna». Ninguna de las dos declaraciones anteriores cuentan con pruebas sustentadas en estudios científicos en humanos y bien diseñados.

En suma, si una mujer que tiene dudas sobre su producción de leche materna confía en los supuestos beneficios de estas infusiones, pierde un tiempo precioso que podría invertir en solicitar ayuda a profesionales sanitarios formados en lactancia materna, o en acudir a uno de los muchos grupos de apoyo pro-lactancia materna que hay en España, agrupados por FEDALMA. Le explicarán, por ejemplo, que la succión del bebé es lo único que estimula la producción de leche materna y que el pecho se debe dar «a demanda».

Posdata: he hablado sobre las infusiones para bebés en estos otros dos textos: «Infusiones instantáneas infantiles o cómo darle 7 kilos de azúcar a un bebé» y «Hospital de Mataró, deje de regalar azúcar y falacias a los recién nacidos. Por favor«.

Texto original>http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/embarazo_y_lactancia/2015/05/07/221907.php

Más artículos de Julio Basulto en Eroski Consumer (escribí desde septiembre de 2012 hasta marzo de 2016)>http://juliobasulto.com/consumer/