En mi opinión, debemos agradecer a la Agència de Salut Pública de Catalunya la publicación de una nueva e interesantísima guía de alimentación infantil, denominada «La alimentación saludable en la etapa escolar» (aquí en català).

Y debemos felicitar, de nuevo, a sus coordinadoras: las dietistas-nutricionistas Gemma Salvador y Maria Manera. Por mi parte, además, debo agradecer el honor de haber sido invitado a participar como revisor. Aunque no soy el único, desde luego: el documento ha sido revisado y consensuado por 32 profesionales de la salud y la educación y representantes de 25 entidades (universidades, fundaciones científicas, sociedades profesionales y departamentos de salud, de educación, de trabajo y de asuntos sociales y familiares).

La guía incluye recomendaciones para la alimentación de, aproximadamente, los 3 a los 12 años, y se dirige no solo a familias, sino también a escuelas, Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAs) y a responsables de la organización del comedor escolar.

Entrevista a las coordinadoras del documento en RNE: http://juliobasulto.com/alimentacion-saludable-la-etapa-escolar-maria-manera-gemma-salvador

Antes de seguir, aprovecho para recordar que la Agència de Salut Pública de Catalunya ha publicado recientemente interesantísimos documentos sobre la alimentación de 0 a 3 años, que también compartí por aquí:

Ahora mismo comentaré brevemente algunos aspectos destacables del documento, pero antes incluyo el acceso al documento completo en el link y en la imagen que veréis a continuación: http://salutweb.gencat.cat/web/.content/_ambits-actuacio/Per-perfils/Centres-educatius/menus-escolars/document-consens-alimentacio-centres-educatius/guialimentacio.pdf

 

guiaescolargene2017

 

Pues bien, lo que yo destacaría de esta guía es la relevancia que tiene para la salud infantil el hecho de dejar de comer mal, en vez de pensar exclusivamente en comer bien, que es lo que suele suceder. Este punto de vista prácticamente coincide con una nota de prensa que hizo pública ayer (21 de noviembre de 2017) la Agència de Salut Pública de Catalunya, y titulada «Salud Pública recomienda a los niños reducir la presencia de alimentos altamente procesados y con azúcares añadidos» («Salut Pública recomana reduir la presència d’aliments altament processats i enriquits en sucre pels infants«).

Y lo destacaría porque coincide con lo que concluyen los estudios más relevantes sobre alimentación y salud, y que he intentado resumir últimamente en dos ocasiones. La primera ocasión, en el texto «No comas mejor, deja de comer peor«, en el que resumía las conclusiones de una importante investigación denominada «Grupos de alimentos y riesgo de mortalidad por cualquier causa:  revisión sistemática y metaanálisis de estudios prospectivos» (Food groups and risk of all-cause mortality: a systematic review and meta-analysis of prospective studies). Y la segunda ocasión, en esta frase que compartí el pasado 9 de noviembre en mis redes sociales: «Creo que lo he dicho de todas las maneras posibles pero lo intento de nuevo: El problema de la alimentación infantil en España no es que los niños coman poca verdura, es que comen demasiado producto superfluo. No es cuestión de que coman bien, sino de que dejen de comer mal. Fin».

 

superfluo

 

En la nota de prensa que acabo de mencionar, leemos que las «principales novedades que recoge la guía» son «la disminución de alimentos ‘poco saludables’ como zumos [aunque sean caseros, añado], galletas, cereales de desayuno azucarados y, en general, alimentos altamente procesados y con azúcares añadidos». Pero también se recomienda:

  • la reducción de carnes rojas y procesadas [añado: eso incluye al jamón, sea del tipo que sea];
  • el incremento de legumbres y alimentos integrales;
  • no escoger habitualmente lácteos azucarados;
  • potenciar el consumo de alimentos estacionales y de proximidad;
  • respetar la sensación de hambre expresada por el niño [si alguien duda, que lea esto: «Generalitat de Catalunya a familias y monitores de comedor: no obliguen a comer a los niños«];
  • tener presente la importancia de realizar a menudo comidas en familia;
  • la participación del niño en el proceso alimentario, tanto en casa como en el comedor escolar, y
  • la concienciación de la necesidad de reducir el desperdicio alimentario.

La guía, por cierto, incluye un importante anexo denominado «Recomendaciones para mejorar la calidad de las programaciones de menús en la escuela», que, de nuevo, solo está disponible en catalán por ahora («Recomanacions per millorar la qualitat de les programacions de menús a l’escola”)…y que, de nuevo, compartiré por aquí sin falta en cuanto esté traducido al castellano (Nota [25 de julio de 2018]: ya está disponible en castellano). Tenéis el link a continuación, así como si hacéis clic en la imagen que aparece debajo de estas líneas: http://salutpublica.gencat.cat/web/.content/minisite/aspcat/promocio_salut/alimentacio_saludable/02Publicacions/pub_alim_inf/documents_tecnics_preme/recomendaciones-para_mejorar_menus-escuela.pdf

 

recomanacions

Y aquí lo dejo, no sin antes felicitar encarecidamente a revisores, colaboradores…y sobre todo a Gemma Salvador y Maria Manera, a quienes agradezco enormemente que me hayan dejado poner de nuevo un granito de arena.

P.D. (25 de julio de 2018): ya está disponible en castellano.

 

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