Todo el que me conozca o que haya leído mi libro “Se me hace bola sabrá que conservo como oro en paño diversos estudios científicos y consensos de expertos que justifican sobradamente la importancia de permitir que los niños decidan qué, cuándo y cuánto comen de entre los alimentos saludables que los adultos les ofrecemos o les ponemos a su alcance (la nevera, el congelador o la despensa de su casa suelen estar al alcance de su hijo, así que antes de seguir leyendo le sugiero revisar si en su interior hay “comida” o más bien “sustancias comestibles”).

 

El año pasado enumeré bastantes de dichos documentos en el texto “No quiero que obliguen a comer a mi hijo en la escuela. ¿Qué puedo hacer?, texto en el que el abogado Francisco José Ojuelos (@CriticaProcesal) añadió algo incluso más importante que las referencias bibliográficas: inteligencia, sentido común y argumentos jurídicos o legales relacionados con el tema.

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Explico lo anterior para que entiendan la gran alegría que supone para mí que la Agencia de Salud Pública de Cataluña (Generalitat de Catalunya) publique hoy un escrito titulado “Acompañar las comidas de los niños. Consejos para los comedores escolares y para las familias” (Acompanyar els àpats dels infants. Consells per a menjadors escolars i per a les famílies). Lo tienen aquí (pdf): https://scientiasalut.gencat.cat/bitstream/handle/11351/1986/acompanyar_apats_infants_2016_ca.pdf?sequence=1 (posdata: ya está en castellano).

 

  (Tuit de la Generalitat de Catalunya: «Documento #SaludPública ha revisado la bibliografía científica y se ha hecho con aportaciones de nutricionistas, pediatras, pedagogos e investigadores»)

En el documento, coordinado por las expertas en nutrición Gemma Salvador y Maria Manera, y en el que he tenido el honor de participar como revisor en nombre de SEIAHS, encontramos consideraciones como las siete que siguen:

-Conviene que el acompañamiento de los adultos durante las comidas sea respetuoso, sin presiones ni coerciones, y tomando en consideración los gustos de los niños y su sensación de hambre.

-No es adecuado, desde el punto de vista nutricional, forzar a los niños a comer por encima de su sensación de hambre.

-Partiendo de la base de que los menús que se ofrecen en el comedor escolar son equilibrados y saludables, lo más aconsejable es permitir que el niño coma la cantidad que desee siguiendo sus sensaciones de hambre y saciedad, evitando insistirle o forzarle para que se acabe el plato.

-Los adultos tienen la responsabilidad de qué, del dónde y del cuándo, y los niños son quienes decidirán sobre la cantidad. -Insistir u obligar a los niños (de maneras más o menos directas) para que coman un determinado alimento (o a comer por encima de su sensación de hambre, como ya se ha comentado) es contraproducente.

-Cuando se utilizan frases en las que se remarcan los beneficios para la salud de determinado alimento para que el niño lo consuma (por ejemplo, “te hará fuerte”, “te hará crecer”, “así serás más alto”, “si te lo comes no te pondrás enfermo”, etc.), se consigue el efecto contrario, es decir, los niños asocian el alimento como algo menos agradable al gusto y comen menos cantidad.

-Los adultos debemos “escuchar al niño con relación a la cantidad de comida que desea que le sirvan”.

  (Tuit de la Generalitat de Catalunya: «Estamos presentando el documento «Acompañar las comidas de los niños. Consejos para comedores escolares y familias).        

 

El documento incluye la siguiente «división de responsabilidades» de adultos y niños a la hora de comer. Las responsabilidades de los adultos son:

1) Escoger los alimentos disponibles para el niño, tanto en casa como en la escuela, cuáles se sirven en las comidas y cómo se presentan, así como los momentos de las comidas;

2) Ofrecer una ración de alimento adaptada a la edad y a la sensación de hambre y saciedad expresada por el niño;

3) Promover un buen ambiente a la hora de comer, en familia o en compañía de adultos, ofreciendo un modelo que asegure la adquisición de hábitos saludables.

 

La participación y las responsabilidades de los niños son:

1) Participar, en la medida que sea posible, en la selección de los alimentos saludables que se han ofrecido en la comida o que formarán parte de los menús que comerá el niño;

2) Comer la cantidad de alimento adaptada a su sensación de hambre y saciedad;

3) Contribuir a generar un ambiente armonioso, tranquilo y relajado.

 

  (Tuit de la Generalitat de Catalunya: «Presionar a los niños para que coman puede conducir a más resistencia a que coman o a generar aversiones a ciertos alimentos según #SaludPública).

 

Por si alguien todavía no está convencido, y cree que el peso de nuestros niños es insuficiente (algo que tampoco justificaría que les obligásemos a comer) acabo de elaborar par de gráficas que detallan la prevalencia de normopeso, de exceso de peso y de delgadez en niños españoles de entre 7 y 8 años, en base al estudio ALADINO. Aparecen a continuación.

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Peso en niñas españolas de entre 7 y 8 años. Adaptado de AECOSAN, 2014 (Estudio ALADINO).

Peso niños

 

Peso en niños españoles de entre 7 y 8 años. Adaptado de AECOSAN, 2014 (Estudio ALADINO).

 

Las gráficas muestran que la delgadez no supera el 1 % mientras que el exceso de peso se acerca peligrosamente al 50%. Es más, salvo excepciones, la delgadez nos suele preocupar a los sanitarios bastante menos que la obesidad, según detallé en los textos «Delgadez y salud» y «Querido gobierno, haga algo para prevenir la obesidad, que para luego es tarde«.

 

(Tuit de la Generalitat de Catalunya: «Se desaconseja utilizar frases que remarquen los beneficios para la salud de un determinado alimento para que el niño coma #SaludPública)

 

Como he indicado, tienen el documento de la Generalitat de Catalunya en este enlace (aquí en castellano).

 


(Tuit de la Generalitat de Catalunya: «@salutcat recomienda que los niños participen en la decisión sobre la cantidad que han de comer https://t.co/g1cS4hbVHu #SalutPública)
Agradecidísimo a la Agencia de Salud Pública de Cataluña y a la Generalitat de Catalunya por haber contado conmigo como revisor de este necesario documento, felicitaciones por su labor al resto de revisores (Barbara Atie, Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya, Cristina Rodríguez, Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya, Elena Roura, Federació d’Associacions de Mares i Pares de Catalunya, Isabel Matas, José Antonio Torralba, Maria Blanquer, Maria Eugènia Ortolà, Marta Clar, Marta Miró, Secretaria de Família -Departament de Benestar Social de la Generalitat de Catalunya-), y mi más sincera enhorabuena a las dietistas-nutricionistas Gemma Salvador y Maria Manera por su papel no solo en este escrito sino en su silenciosa pero incansable labor diaria promocionando la salud pública.

P.D. (21 de marzo de 2016): La Generalitat de Catalunya, como he comentado en una nueva entrada en este blog, ya ha traducido el documento al castellano, tal y como se puede coprobar aquí (en pdf): http://salutpublica.gencat.cat/web/.content/minisite/aspcat/promocio_salut/alimentacio_saludable/02Publicacions/pub_alim_inf/acompanyar_apats_infants/acompanyar_apats_infants_castella.pdf

 

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