La doctora Ana Isabel Rito y sus colaboradores acaban de publicar una nueva investigación sobre lactancia materna y salud. El estudio, en el que ha participado la doctora Marta García Solano, de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, ha evaluado la relación entre lactancia materna y el riesgo de obesidad infantil. Para ello han analizado datos provenientes de 100.583 niños de 22 países europeos… incluyendo España.

Lo primero que llama la atención del estudio es que el país con una mayor tasa de obesidad infantil (en niños de 6 a 9 años) es España. Terrible noticia, que se suma a lo que ha observado recientemente la investigación de la doctora Angela Spinelli y sus colaboradores: España está entre los países europeos con mayor prevalencia de niños con obesidad severa. Lo comenté en Twitter el pasado 29 de abril:

Hoy también ha comentado esta deprimente situación Juan Revenga en su cuenta de Instagram:

 

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Grecia, España e Italia, los países que son típicamente tomados como adalides de la #dietamediterranea son los primeros en prevalencia de #obesidadinfantil en Europa http://bit.ly/obesidadeuropa. – España ocupa el 2° puesto con una prevalencia del 43%. – El 43% de una muestra representativa de la población infantil española tiene sobrepeso u obesidad… que se dice pronto!! 😳😳😳. – Y luego andamos aquí dándonos golpes en el pecho desde 2005 con la #estrategiaNAOS para le prevención de la obesidad infantil. – Hay que decir que en este estudio faltan datos de algunos países, entre ellos Rusia, Francia, Alemania y, más importante para los puestos de cabeza, Reino Unido. – Estudio de libre acceso en este enlace http://bit.ly/obesidadeuropa

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Pero volvamos al estudio capitaneado por la doctora Ana Isabel Rito. Se concluye que los niños no amamantados o amamantados durante menos de 6 meses presentaron un mayor riesgo de padecer obesidad al compararlos con los niños amamantados durante al menos 6 meses. ¿Significa eso que el trabajo»demuestra» que la lactancia materna es un talismán antiobesidad? No, dado que se trata de un estudio transversal. En palabras de los autores:

«Los datos provienen de estudios transversales, que pueden detectar una asociación entre la exposición y el resultado, pero no justifican la inferencia causal. Además, aunque se usaron muchas variables para ajustar los modelos, es imposible descartar la confusión residual por otros factores de confusión no medidos o no medibles».

En todo caso, esta investigación se suma a la amplia literatura disponible sobre el tema. En mi opinión, la mejor revisión sobre esta cuestión la llevaron a cabo el doctor Bernardo L. Horta y sus colaboradores en 2015, en Acta Paediatrica. Su conclusión fue la siguiente:

«La lactancia materna disminuyó las probabilidades de padecer diabetes tipo 2 y, según estudios de alta calidad, disminuyó en un 13% las probabilidades de padecer sobrepeso/obesidad».

El artículo de Horta y su equipo formó parte de un suplemento de Acta Paediatrica dedicado a evaluar los efectos sobre la salud de la lactancia materna. Se constató que la lactancia materna podría disminuir no solo las posiblidades (a escala poblacional, se entiende) de sufrir obesidad, también se relaciona con un menor riesgo de…

El pediatra Carlos González, en el libro «Dieta y Cáncer«, coordinado por Juanjo Cáceres y un servidor, dedica un capítulo a la relación entre lactancia materna y cáncer. De entre sus conclusiones (la más importante es: la leche materna no cura el cáncer) es preciso destacar esta:

«Los niños que toman el pecho parecen sufrir menos leucemia. Podría evitarse hasta uno de cada cinco casos».

Ojo, que nadie interprete a partir de esta frase que la lactancia materna es un santo grial que todo lo cura. Por eso creo que es imprescindible traer aquí este otro fragmento del capítulo de Carlos González en nuestro libro:

«Aunque el efecto es modesto, el resultado puede ser importante cuando hablamos de grandes poblaciones. […] En Estados Unidos unos 2.400 niños sufren cada año una leucemia linfoblástica aguda (que es no solo el tipo de leucemia más frecuente en niños, sino en general el tipo de cáncer más frecuente en menores de 15 años), y […] su tratamiento cuesta unos 1400 millones de dólares (cifras de antes de 2005). Para el individuo, la diferencia es mínima: 2400 casos de leucemia entre unos 4 millones de recién nacidos al año, y con la lactancia materna podrían reducirse a algo menos de 2000. Sigue habiendo casi 4 millones de niños que no tendrán leucemia aunque tomen el biberón, mientras que algún niño puede tomar el pecho dos años y a pesar de ello enfermar de leucemia a los diez años».

Este tipo de reflexiones son las que tenemos en mente los que nos dedicamos a promocionar la salud pública. A título individual no habrá grandes diferencias entre dar el pecho y no darlo (o seguir un buen estilo de vida o no seguirlo), pero a escala poblacional sí las habrá. Por eso, nuestra obligación es fomentar la lactancia materna en la población… además de hacer lo posible de protegerla de intereses contrarios a ella, como justifiqué en el texto «Por qué la lactancia en niños mayores de un año no es una moda» (apartado «Dificultades que asedian a la lactancia»).

Acabo con una reflexión que encontrarán en el libro «Más vegetales, menos animales» que creo que es muy pertinente:

“[…] pese a que es cierto que amamantar es lo mejor para el bebé […], para la madre […] e incluso para el medio ambiente y la economía , tiene más sentido contemplar la lactancia materna no como algo positivo, sino la artificial como algo arriesgado, de igual manera que no tenemos que pensar que caminar es sano, sino más bien que el sedentarismo es peligroso”.

En el editorial que acompaña la serie de estudios de Acta Paediatrica que he citado más arriba leemos que tales estudios han constatado los beneficios de la lactancia «or put differently, the harms from not breastfeeding», es decir, «o dicho de otra forma, los daños de no amamantar».

Nota: en la foto aparecen Olga y Òliver, allá por el año 2008 (foto publicada con autorización).

Posdata (13 de mayo de 2020): Una revisón sistemática con metaanálisis, de Luyi Xu y colaboradores mostró en 2017 que la lactancia materna protege (de forma dosis-dependiente) de la enfermedad de Crohn y de la colitis ulcerosa, y que la mayor protección se observa al amamantar más de 12 meses. (Aliment Pharmacol Ther. 2017 Nov;46(9):780-789).

Más textos sobre lactancia materna en este blog: https://juliobasulto.com/tag/lactancia-materna/

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