En el libro «Mamá come sano» (marzo de 2015) cité en varias ocasiones a la doctora Maria Makrides, una investigadora a la que admiro. Y como buen fan, mientras escribía el libro decidí suscribirme a todo lo que publicara, lo que me ha deparado más de una alegría, como comprobarán en unas líneas.

Pero antes vayamos a uno de los momentos en los que acudí al buen hacer de Makrides en el citado libro. La siguiente frase la encontrarán en el capítulo 2  («Nutrientes y embarazo»), en concreto en el apartado 8, que titulé así: «Otras vitaminas, otros minerales y los famosos (que no reputados) omega-3»:

«Para estudiar la credibilidad de su papel [de los ácidos grasos omega-3] en el embarazo debo recurrir de nuevo a la Dra. Maria Makrides […]. Su equipo concluyó en julio de 2006 (The Cochrane database of systematic reviews) que ‘no hay suficientes evidencias que apoyen el uso rutinario de suplementos aceites marinos u otros precursores de las prostaglandinas durante el embarazo [para reducir el riesgo de preeclampsia, parto prematuro, bajo peso al nacer o tamaño pequeño para la edad gestacional]’. Más recientemente (mayo de 2014), Makrides ha mostrado en la revista JAMA la falta de eficacia de la ingesta de los omega-3 por parte de las gestantes (en forma de DHA) para mejorar, cuatro años más tarde, el lenguaje, la memoria, la resolución de problemas o las habilidades de razonamiento de sus hijos».

Tienen los dos estudios citados en estos enlaces: www.pubmed.gov/16856006 y www.pubmed.gov/24794375

Pues bien, ayer, la revista The New England Journal of Medicine publicó un interesantísimo artículo (N Engl J Med. 2016 Dec 29;375(26):2599-2601) en el que apeló a Maria Makrides para resolver el siguiente dilema: ¿debe suplementarse con omega-3 durante el embarazo una mujer llamada «Señora Franklin»? El objetivo es prevenir síntomas asmáticos o infecciones del tracto respiratorio inferior en su futuro hijo, dado que su anterior hijo, de 4 años, presenta frecuentes episodios de sibilancias e infecciones del tracto respiratorio inferior.

En realidad, The New England Journal of Medicine ha recurrido también a dos investigadores más: a Charles N. Serhan y Bruce D. Levy. Ellos han defendido la postura de suplementar con omega-3. Se apoyan, sobre todo, en lo que observan estudios epidemiológicos, de menos peso que los ensayos controlados y aleatorizados. A la hora de mencionar a estos últimos reconocen honestamente que «los resultados de los ensayos de intervención que han evaluado el consumo de aceite de pescado por mujeres embarazadas han sido menos convincentes», pero justifican la suplementación basándose en los resultados de un reciente estudio de intervención.

La doctora Makrides, sin embargo, se ha posicionado en contra de la suplementación, porque considera que existen demasiadas «inconsistencias» en las investigaciones disponibles hasta la fecha. En cuanto al reciente estudio, Makrides es clara como agua cristalina: «La Sra. Franklin no debe empezar a consumir suplementos prenatales de aceite de pescado en base a los resultados de un solo estudio».

Tras un sucinto análisis de los mejores estudios disponibles hasta la fecha, la doctora Makrides explica que sí disponemos de investigaciones rigurosas que revelan que la suplementación con ácidos grasos omega-3 de cadena larga se asocia con una mayor duración del embarazo. Algo que podría disminuir los partos pretérmino, pero también aumentar las intervenciones obstétricas (inducciones del parto o cesáreas).

No extraña, por tanto, que en opinión de Makrides lo único que deberíamos aconsejar a la Sra. Franklin es lo siguiente: que cuando nazca su nuevo hijo siga la supervisión estándar para las sibilancias persistentes y el asma.

Yo soy menos políticamente correcto, dado que opino que los Omega-3 mejoran la salud…económica de sus vendedores, como pueden comprobar aquí: http://juliobasulto.com/los-omega-3-mejoran-la-saludeconomica-de-sus-vendedores/

Acabo con esta frase del doctor Andrew Grey, que me encanta: «Las personas pueden dejar de consumir con seguridad los suplementos de aceite de pescado y concentrarse en seguir comportamientos de salud con eficacia probada». La pronunció en una entrevista que le hizo Reuters tras la publicación de una revisión en la que participó relacionada con los ácidos grasos omega-3 (www.pubmed.gov/24352849). De entre los comportamientos a los que alude Grey conviene citar los siguientes: evitar el sedentarismo, no fumar, no beber alcohol, amamantar y seguir una alimentación saludable. Son más sostenibles, son más baratos y nos ofrecen muchísimas más garantías de eficacia y seguridad que las pastillas con omega-3.

P.D. (3 de abril de 2017): La doctora Jacqueline F. Gould y sus colaboradores acaban de publicar en la revista JAMA una investigación (en la que también participa la doctora Maria Makrides) relacinonada con este tema. Su trabajo concluye que la suplementación con DHA durante el embarazo no mejora el lenguaje infantil, la inteligencia, las habilidades académicas o el «funcionamiento ejecutivo» de los niños a los 7 años de edad (JAMA. 2017 Mar 21;317(11):1173-1175).

P.D.2 (12 de junio de 2017): Aunque no guarda relación con el embarazo, creo importante resaltar que nuestro Ministerio de Sanidad acaba de revisar el supuesto papel de los omega-3 para la enfermedad cardiovascular, para concluir lo siguiente:  “No se recomienda utilizar suplementos de omega-3 para disminuir la morbimortalidad cardiovascular, ni en prevención primaria ni secundaria”. Tienen más información aquí: http://juliobasulto.com/danacol-naturcol-benecol-etc-no-se-recomienda/

P.D.3 (13 de septiembre de 2019): Gracias al doctor Miguel Marcos (no dejen de seguirlo en Twitter: @drmiguelmarcos) acabo de conocer un nuevo estudio recién publicado por la doctora Maria Makrides y su equipo en la revista New England Journal of Medicine. Se trata de un ensayo controlado aleatorizado que ha constatado que la suplementación con omega-3 desde el principio del embarazo (<20 semanas de gestación) hasta las 34 semanas de gestación no resultó en una menor incidencia de parto pretérmino o en una mayor incidencia de de intervenciones en el el postparto que el grupo control. En el artículo leemos que «Los resultados maternos y neonatales no difirieron entre los grupos». La única diferencia fue que hubo más bebés demasiado grandes para la edad gestacional en el grupo de mujeres que tomó omega-3, aunque los investigadores apuntan que es posible que este hallazgo sea casual.

P.D.4 (17 de mayo de 2021). Una revisión sistemática de la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) no halló razones para la suplementación con ácidos grasos omega-3 en embarazadas. Fuente: Newberry SJ, Chung M, Booth M, Maglione MA, Tang AM, O’Hanlon CE, Wang DD, Okunogbe A, Huang C, Motala A, Timmer M, Dudley W, Shanman R, Coker TR, Shekelle P. Omega-3 Fatty Acids and Maternal and Child Health: An Updated Systematic Review. Evidence Report/Technology Assessment No. 224. (Prepared by the RAND Southern California Evidence-based Practice Center under Contract No. 290-2012-00006-I.) AHRQ Publication No. 16(17)-E003-EF. Rockville, MD: Agency for Healthcare Research and Quality; October 2016. DOI: 10.23970/AHRQEPCERTA224. Disponible en: https://effectivehealthcare.ahrq.gov/products/omega-3-maternity/research

P.D.5 (1 de octubre de 2021). La suplementación prenatal con DHA (omega-3) no confirió ventajas en el comportamiento infantil y pareció empeorarlo según un reciente ensayo controlado aleatorizado. pubmed.gov/34578873 (Jacqueline F Gould et al. Nutrients. 2021 Aug 27;13(9):2996.).

P.D.6 (1 de octubre de 2021). La suplementación con ácidos grasos omega 3 durante el embarazo no reduce el riesgo de parto pretérmino. Revision sistematica y metaanálisis. pubmed.gov/34069867 Ramón Serra et al. Nutrients. 2021 May 18;13(5):1704

Referencias:

  • Doyle K. Fish oil sales don’t reflect evidence. Reuters, 16 de diciembre de 2013. En: www.reuters.com/article/us-fish-oil-sales-dont-reflect-evidence-idUSBRE9BF1DH20131216
  • Gould JF, Treyvaud K, Yelland LN, Anderson PJ, Smithers LG, McPhee AJ, Makrides M. Seven-Year Follow-up of Children Born to Women in a Randomized Trial of Prenatal DHA Supplementation. JAMA. 2017 Mar 21;317(11):1173-1175. www.pubmed.gov/28324081
  • Grey A, Bolland M. Clinical trial evidence and use of fish oil supplements. JAMA Intern Med. 2014 Mar;174(3):460-2. www.pubmed.gov/24352849
  • Makrides M, Best K, Yelland L, McPhee A, Zhou S, Quinlivan J, et al.A Randomized Trial of Prenatal n-3 Fatty Acid Supplementation and Preterm Delivery. N Engl J Med. 2019 Sep 12;381(11):1035-1045. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31509674
  • Makrides M, Duley L, Olsen SF. Marine oil, and other prostaglandin precursor, supplementation for pregnancy uncomplicated by pre-eclampsia or intrauterine growth restriction. Cochrane Database Syst Rev. 2006 Jul 19;(3):CD003402. www.pubmed.gov/16856006
  • Makrides M, Gould JF, Gawlik NR, Yelland LN, Smithers LG, Anderson PJ, Gibson RA. Four-year follow-up of children born to women in a randomized trial of prenatal DHA supplementation. JAMA. 2014 May 7;311(17):1802-4. www.pubmed.gov/24794375
  • Ramaswami R, Serhan CN, Levy BD, Makrides M. Fish Oil Supplementation in Pregnancy. N Engl J Med. 2016 Dec 29;375(26):2599-2601. http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMclde1614333#t=cldeOpt2

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