5 de mayo de 2016.

Como me preguntan tan a menudo por la valeriana, he decidido dedicarle unas pocas líneas. Muy pocas, porque el pasado 27 de abril del presente año (2016), en NCCIH revisaron los estudios disponibles sobre la valeriana, y resumieron la información más relevante al respecto en su página web. NCCIH son las siglas en inglés del Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral, una entidad del gobierno federal de los Estados Unidos, que depende de los Institutos Nacionales de la Salud (el equivalente a nuestro Ministerio de Sanidad). Es una organización que evalúa científicamente la seguridad y la utilidad de la llamada «medicina» complementaria y alternativa. «Medicina» de la que opino, como el doctor Edzard Ernst (a quien entrevistamos aquí), lo siguiente: en muchos casos no es más que la promoción de tratamientos sin pruebas de eficacia y seguridad.

 


Como me fío bastante de esta entidad (y no es broma), simplemente voy a resumir sus conclusiones más destacables. Las detallo en inglés, y justo después las traduzco (bueno, algo parecido):

«Research suggests that valerian may be helpful for insomnia, but there is not enough evidence from well-designed studies to confirm this».

O sea, que hay estudios que sugieren que la valeriana podría ser útil para el insomnio, pero no hay suficientes evidencias provenientes de estudios bien diseñados (que son los que deben sustentar cualquier consejo sanitario) para confirmar dicha hipótesis. Ojo, no es que no haya estudios, que PubMed recoge nada menos que 630.

A la anterior frase, desde NCCIH añaden lo siguiente:

«There is not enough scientific evidence to determine whether valerian works for other conditions, such as anxiety or depression».

Es decir, no hay pruebas que nos permitan determinar si la valeriana es útil para otras condiciones, como la ansiedad o la depresión. Por si acaso, he buscado por mi cuenta estudios sobre la valeriana, y he ido a parar a una revisión sistemática de la literatura científica publicada por Culpepper y Wingertzahn en diciembre de 2015 (Prim Care Companion CNS Disord) que concluye que su eficacia para el insomnio o los problemas del sueño no está en absoluto demostrada.

Si seguimos leyendo a los expertos del NCCIH, leemos esto:

«Studies suggest that valerian is generally safe to use for short periods of time (for example, 4 to 6 weeks). No information is available about the long-term safety of valerian. Valerian can cause mild side effects, such as tiredness the morning after its use, headaches, dizziness, and upset stomach».

Veamos. Resulta que a muy corto plazo (no más de 6 semanas), la valeriana «es generalmente segura». Sabemos que puede ejercer efectos secundarios leves, como cansancio, dolores de cabeza, mareos y malestar estomacal, pero lo cierto es que no tenemos información sobre su seguridad a largo plazo.

¿Qué respondo, por tanto, a quien me pregunta por la valeriana? Pues que no me la tomaría ni cobrando por ello.

 

 

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