Normalmente cuando un corredor dice: “Esta temporada voy a intentar no lesionarme”, muchos piensan: entrenaré mejor, trabajaré mi técnica de carrera… Pero muy pocos tienen en cuenta la posibilidad de modificar su alimentación. “Si comemos mal, tenemos más riesgo de sufrir lesiones”, admite Julio Basulto, dietista – nutricionista, autor, junto a Juanjo Cáceres, del libro Comer y correr. Desmontando los mitos de la alimentación de los runners. Según la NSCA (National Strenght Conditioning Association), una de las entidades más importantes en materia de entrenamiento a nivel mundial, correr es un deporte de alto impacto. Cada golpeo del pie contra el suelo, el impacto supone entre dos y cuatro veces nuestro peso corporal. “Cuanto más pesas, las posibilidades de que tus articulaciones se resientan son mayores”, señala Basulto