Una embarazada ¿debe comer por dos, y a la vez evitar que su báscula suba por encima de cierto número? ¿Conviene que beba litros y litros de agua? Los profesionales sanitarios ¿le pautamos decenas de suplementos con “sanadoras” vitaminas y minerales? Si una mujer se encuentra mal durante el embarazo ¿recurrimos a las plantas medicinales? Si gana mucho peso durante el embarazo (¿qué es “mucho peso”, por cierto?), ¿alguien la pondrá “a dieta”?

 

Pero la cosa no acaba ahí, ya que las dudas no finalizan tras el parto: cuando nazca el niño, ¿es momento de perder peso? Y si la mujer da el pecho al bebé (algo muy pero que muy recomendable), ¿debe medir milimétricamente los nutrientes que ingiere, y aumentar esos litros de agua antes citados? ¿Puede tomar café? ¿Existen alimentos o productos que aumenten la producción de leche?

 

Les adelanto que soy de los que piensa que la alimentación en estas dos etapas es, salvo excepciones (Ej.: se recomienda no beber nada de alcohol en el embarazo), muy similar a la que debemos seguir en cualquier otra etapa de la vida.

 

Por desgracia, de igual manera que hay quien quiere “medicalizarnos” (utilización de fármacos para hacer frente a un período normal de la vida), también está el que quiere “nutrientizarnos”, es decir, nos pauta alimentos, bebidas, nutrientes o complementos alimenticios para abordar síntomas o escenarios que en la mayor parte de casos son tan normales como tener sueño por la mañana.

 

De estas y otras cuestiones relacionadas hablé en el libro «Mamá come sano«, y también lo haré este sábado en Barcelona. Tienen toda la información en este enlace: http://juliobasulto.com/eventos/dieta-sana-mujeres-embarazadas-lactantes/

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¡Hasta el sábado!